¡Maldita avaricia!
Malditos anhelos
de bienes caducos!
¡Malaya el dinero
que envenena la savia del alma
que consume los jugos del cuerpo!
¡Jesús de mi alma!
¡Pobritos bohemios!
Como vuelven de aquellos lugares
del negocio venal con el vértigo
aullando blasfemias
con lenguas de infierno,
de la madre patria,
del nido paterno
que le dio la vida
porque es pobre, y es chico y es viejo!
Le da pesadumbre,
le ataca los nervios
la solemne y misérrima calma
de la patria sumida en silencio!...
para así renegar de una madre,
del amado rincón solariego
vomitando baldones e injurias
y cubrir sus blasones de cieno.
Yo no quiero tener mucha plata,
yo no quiero salir de mi pueblo,
de mi pueblo, solar de Castilla
tranquilo y sereno,
manantial de ideales de gloria.
poemas de ensueño,
que se filtran con honda raigambre
en lo mas escondido del pecho,
al sentir en la frente morena
el purísimo olímpico beso.
que caldea el alma
con febril llamarada de incendio.
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