Mensajes de DENIA (Alicante) enviados por G X Cantalapiedra:

NOS HABLARON DE FENICIOS
En mis tiempos infantiles
cuando las leyes marcaban,
entre juegos juveniles
de los Fenicios me hablaban.

Navegantes sin fronteras
cruzando el Mediterráneo,
comerciantes sin barreras
en aquel mundo foráneo. ... (ver texto completo)
DENIA ROMPEOLAS
DEL MEDITERRÁNEO
Entre nubes tormentosas
Denia sufre los castigos,
fueron las olas rabiosas
sus más duros enemigos.

Con un mar embravecido
lleno de malos presagios,
el temporal padecido ... (ver texto completo)
ME ENSEÑARON DE PEQUEÑO

Aquellos grandes fenicios
navegantes sin fronteras,
no tuvieron grandes vicios
derribando las barreras.

El Mediterráneo altivo
fue su mar y su destino,
y marcaron su adjetivo ... (ver texto completo)
EL ADIOS DEL MARINERO

En la tarde luminosa
se despide el marinero,
su mirada temblorosa
busca su amor verdadero.

Con el corazón llorando
en su rumbo aventurero,
a su espalda va dejando
su sentimiento sincero.

En su despedida triste
el mar le ofrece consuelo,
sabe que en su vida existe
mucho raro desconsuelo.

El mar le tiene delante
esperando su regreso,
con un brillo tan radiante
que quiere quitarle peso.

Marinero de aventuras
por los mares de la tierra,
conociendo las locuras
en que su oficio se encierra.

El mar le espera sin prisa
en su fuerte singladura,
sufriendo tal vez la brisa
que a veces causa amargura.

La mar le llena de luces
en sus mañanas floridas,
para así quitarse cruces
de sus largas despedidas.

El mar, la mar, marinero,
se va el barco navegando,
quizá buscando un te quiero
que lejos vive esperando.

Son tristes las despedidas
si el alma queda llorando,
las ilusiones perdidas
regresaran navegando.
G X Cantalapiedra. ... (ver texto completo)
UNA TARDE EL MARINERO
Una tarde el marinero
entre penas y alegrías,
supo que era aventurero
dejando melancolías.

Un barco le esta esperando
para recorrer el mundo,
y en el se fue navegando
sin conocer bien su rumbo. ... (ver texto completo)
DENIA Y EL MEDITERRÁNEO

Punta del Mediterráneo
y cultura sin reparos,
en Denia nadie es foráneo
ni siente sus pasos raros.

Los fenicios navegantes
dejaron allí su huella,
sus conquistas arrogantes ... (ver texto completo)
La noche se vuelve hermosa
y te sientes navegante,
viendo radiante a una rosa
que presume de elegante.

Denia desde su castillo
parece vivir un sueño,
la noche le da ese brillo
que da el ambiente risueño.
... (ver texto completo)