EN EL SILENCIO DE LA NOCHE
Hace mes y medio en el silencio de la noche andando por Barakaldo, había llegado a Bilbao en tren, con casi media hora de retraso, La estación de ferrocarril de la capital vasca, era un continuo movimiento, pude informarme de donde salia el Metro para Barakaldo, no tuve ningún problema, todo parecía colocado para con poco preguntar llegar a mi destino en muy poco tiempo, al estar dentro del Metro pregunte a la viajera que estaba sentada a mi lado, y la señorita enseguida me informo de las estaciones que tenía que pasar, como así fue, pasando por San Mames y otras estaciones más llegué a Barakaldo, Sali del bonito Metro, que tiene un recorrido rápido y con buenos vagones, y aunque estuve varias veces en esa ciudad, en la noche pierdes la noción del recorrido a pie, sin demasiados problemas enseguida llegué en casa de mi familiar, eran las once y casi y media, cuando andando en solitario por esas calles con soportales, terminé en San Vicente, Barrio e Iglesia conocidos por mi y que hace años fue el Centro de Barakaldo, Mi pensamiento fue volando sobre la soledad de muchas personas, que encontraron en esa ciudad y su contorno una forma de vida distinta a la que vivieron en su tierra, en esos momentos fui pensando en los nombres que tenían algunos establecimientos, eran una mezcla del idioma castellano y parte del euskera. Entiendo como un día en un programa de televisión explicaban como llegaron los Iberos a esta zona del norte de España. Eran personas parece venidas de la zona de Polonia y países vecinos, que buscaban la lluvia, la pesca y el verdor para su ganado, incluso comentaron que algunas frases de ambos idiomas se encuentran en su pronunciación, Los Iberos como los Celtas fueron pueblos colonizadoras, y con el tiempo se mezclaron para ser los Celtiberos. En toda la Península Ibérica. Han pasado siglos, pero los genes costumbres y demás cosas se notan en algunas zonas, aunque digamos que Barakaldo es un cruce de razas, donde no notas esas diferencias que algunos quisieran ver.
No me sentí forastero, nunca que estuve allí lo presentí, esta vez por desgracia fue a despedir a un primo hermano, y me alegró de haber estado ahí para volver de nuevo a sentir lo que fue hace años la emigración, que muchos llaman forzosa. G X Cantalapiedra.
Hace mes y medio en el silencio de la noche andando por Barakaldo, había llegado a Bilbao en tren, con casi media hora de retraso, La estación de ferrocarril de la capital vasca, era un continuo movimiento, pude informarme de donde salia el Metro para Barakaldo, no tuve ningún problema, todo parecía colocado para con poco preguntar llegar a mi destino en muy poco tiempo, al estar dentro del Metro pregunte a la viajera que estaba sentada a mi lado, y la señorita enseguida me informo de las estaciones que tenía que pasar, como así fue, pasando por San Mames y otras estaciones más llegué a Barakaldo, Sali del bonito Metro, que tiene un recorrido rápido y con buenos vagones, y aunque estuve varias veces en esa ciudad, en la noche pierdes la noción del recorrido a pie, sin demasiados problemas enseguida llegué en casa de mi familiar, eran las once y casi y media, cuando andando en solitario por esas calles con soportales, terminé en San Vicente, Barrio e Iglesia conocidos por mi y que hace años fue el Centro de Barakaldo, Mi pensamiento fue volando sobre la soledad de muchas personas, que encontraron en esa ciudad y su contorno una forma de vida distinta a la que vivieron en su tierra, en esos momentos fui pensando en los nombres que tenían algunos establecimientos, eran una mezcla del idioma castellano y parte del euskera. Entiendo como un día en un programa de televisión explicaban como llegaron los Iberos a esta zona del norte de España. Eran personas parece venidas de la zona de Polonia y países vecinos, que buscaban la lluvia, la pesca y el verdor para su ganado, incluso comentaron que algunas frases de ambos idiomas se encuentran en su pronunciación, Los Iberos como los Celtas fueron pueblos colonizadoras, y con el tiempo se mezclaron para ser los Celtiberos. En toda la Península Ibérica. Han pasado siglos, pero los genes costumbres y demás cosas se notan en algunas zonas, aunque digamos que Barakaldo es un cruce de razas, donde no notas esas diferencias que algunos quisieran ver.
No me sentí forastero, nunca que estuve allí lo presentí, esta vez por desgracia fue a despedir a un primo hermano, y me alegró de haber estado ahí para volver de nuevo a sentir lo que fue hace años la emigración, que muchos llaman forzosa. G X Cantalapiedra.