Leemos en la hemeroteca del diario de Navarra de día 16-04-1935, la siguiente crónica que relata la muerte del insigne párroco de Ujué Don Félix Aramendía Lacalle.
Tafalla Muerte sentida
Hallándose el Rvdo. P, Juan Tumás, Carmelita descalzo, dando ejercicios en el Asilo de las Hermanitas de los Ancianos desamparados de Tafalla el día 2 del actual, fue llamado para asistir a don Félix Araniendía Lacalle, presbítero, que ejerció la cura de almas, como párroco en Ujué 29 años, y hallándose solo y gastado, material y moralmente, fue admitido en esta santa casa hace ouatro años, y a pesar de todos los cuidados que con desinterés y abnegación le han prodigado aporfía todas y cada una de las santas mujeres que la habitan y los ancianos y ancianas asilados, que tanto le respetaban, querían y veneraban, entregó su alma a Dios a las nueve de la noche del día arriba oitado,
después de recibir los Santos Sacramentos y auxilios espirituales de nuestra Religión sacrosanta.
Se verificó el sepelio en el cementerio católico de dicha ciudad, en el sitio en el mismo designado para los sacerdotes, al día 3, constituyendo un triunfo por la asistencia y acompañamiento.
Se celebró en la parroquia de San Pedro el día 12 un solemne funeral, al que asistió todo el clero de Tafalla de San Pedro y Santa María, Hermanitas, ancianos y ancianas, sobrinos, familiares y amigos de Tafalla y de fuera. El día 13 se celebró otro funeral solemne enla parroquia de Ujué en sufragio de su alma. Encomendémoslo al Señor y pidamos su eterno descanso R. I. P.
Tafalla Muerte sentida
Hallándose el Rvdo. P, Juan Tumás, Carmelita descalzo, dando ejercicios en el Asilo de las Hermanitas de los Ancianos desamparados de Tafalla el día 2 del actual, fue llamado para asistir a don Félix Araniendía Lacalle, presbítero, que ejerció la cura de almas, como párroco en Ujué 29 años, y hallándose solo y gastado, material y moralmente, fue admitido en esta santa casa hace ouatro años, y a pesar de todos los cuidados que con desinterés y abnegación le han prodigado aporfía todas y cada una de las santas mujeres que la habitan y los ancianos y ancianas asilados, que tanto le respetaban, querían y veneraban, entregó su alma a Dios a las nueve de la noche del día arriba oitado,
después de recibir los Santos Sacramentos y auxilios espirituales de nuestra Religión sacrosanta.
Se verificó el sepelio en el cementerio católico de dicha ciudad, en el sitio en el mismo designado para los sacerdotes, al día 3, constituyendo un triunfo por la asistencia y acompañamiento.
Se celebró en la parroquia de San Pedro el día 12 un solemne funeral, al que asistió todo el clero de Tafalla de San Pedro y Santa María, Hermanitas, ancianos y ancianas, sobrinos, familiares y amigos de Tafalla y de fuera. El día 13 se celebró otro funeral solemne enla parroquia de Ujué en sufragio de su alma. Encomendémoslo al Señor y pidamos su eterno descanso R. I. P.
