Poema de EVIRA AYESA SOLA, AL PUEBLO QUE LE VIO NACER.
UJUE
Por la loma te despeñas
a uno y otro lado del monte,
por peñascos y entre breñas,
están tus casas de color ocre.
Son tus calles estrechas,
por su desnivel abarrancadas,
que en los días de fuerte tormenta
parecen desfiladeros de agua.
Te azotan todos los vientos,
del norte el frío cierzo,
del este el aire de la solana
y de los otros puntos nada te resguarda.
Eres de paisaje austero y seco
que con tus lindes contrasta,
porque se torna verde y fresco
siendo ribera fértil y lozana.
Estás hecho de retazos de arte,
historia y religión en ti no faltan,
de leyenda llevas parte
y los siglos te acompañan.
Perteneces al Medievo,
fuiste lugar de observación,
balconada al Pirineo
preparada para cualquier invasión.
Célebre monumento
capricho de la Naturaleza
que en otras épocas fuiste otero
lo cual te daba grandeza.
Templo de piel seca y deshidratada,
en áspera montaña te afincas,
otras de menor altura te acompañan
y hasta parece que te rinden pleitesía.
E. A. S.
UJUE
Por la loma te despeñas
a uno y otro lado del monte,
por peñascos y entre breñas,
están tus casas de color ocre.
Son tus calles estrechas,
por su desnivel abarrancadas,
que en los días de fuerte tormenta
parecen desfiladeros de agua.
Te azotan todos los vientos,
del norte el frío cierzo,
del este el aire de la solana
y de los otros puntos nada te resguarda.
Eres de paisaje austero y seco
que con tus lindes contrasta,
porque se torna verde y fresco
siendo ribera fértil y lozana.
Estás hecho de retazos de arte,
historia y religión en ti no faltan,
de leyenda llevas parte
y los siglos te acompañan.
Perteneces al Medievo,
fuiste lugar de observación,
balconada al Pirineo
preparada para cualquier invasión.
Célebre monumento
capricho de la Naturaleza
que en otras épocas fuiste otero
lo cual te daba grandeza.
Templo de piel seca y deshidratada,
en áspera montaña te afincas,
otras de menor altura te acompañan
y hasta parece que te rinden pleitesía.
E. A. S.
