RECUERDO DEL PASADO.
Antiguamente por encima de lo que conocemos por Santa Ana existían una serie de dependencias que después de la realización de las obras de restauración desaparecieron. Empezando por la planta alta vemos la llamada casa del Sacristán, precisamente su último morador aparece en la foto asomado al balcón, es Don José Miguel Burgui Mateo. Anteriormente esta vivienda estuvo ocupada por Fausto Ayesa Irigaray, su predecesor y más atrás en el tiempo vivió el practicante de entonces Don José María Sola Marticorena. En la planta de debajo recordamos la existencia de la sala de la Adoración nocturna (la del balcón) que se comunicaba con la sacristía, en ese balcón se ponían altavoces en época de romería o par despedir a los caminantes locales a Javier. En mi tierna infancia recuerdo como también se ponía música folklórica los domingos y la gente bailaba en la Placeta (purrusaldas, jotas..) Quise aclararme el porque de estos bailes, ya que el patrón de la Adoración Nocturna era San Pascual Bailón, luego supe que era una coincidencia fortuita.
En la habitación de la ventana recuerdo haber asistido de parvulito con la señorita Ana, la de casa Isa, mientras en las escuelas se hacían reformas. Allí se almacenaba utensilios de la iglesia y me viene a la mente como en cierta ocasión, aquella clase de muetes saltó encima del palio y uno de los palos se rompió, la bronca que nos echaron fue de órdago a la grande.
Antiguamente por encima de lo que conocemos por Santa Ana existían una serie de dependencias que después de la realización de las obras de restauración desaparecieron. Empezando por la planta alta vemos la llamada casa del Sacristán, precisamente su último morador aparece en la foto asomado al balcón, es Don José Miguel Burgui Mateo. Anteriormente esta vivienda estuvo ocupada por Fausto Ayesa Irigaray, su predecesor y más atrás en el tiempo vivió el practicante de entonces Don José María Sola Marticorena. En la planta de debajo recordamos la existencia de la sala de la Adoración nocturna (la del balcón) que se comunicaba con la sacristía, en ese balcón se ponían altavoces en época de romería o par despedir a los caminantes locales a Javier. En mi tierna infancia recuerdo como también se ponía música folklórica los domingos y la gente bailaba en la Placeta (purrusaldas, jotas..) Quise aclararme el porque de estos bailes, ya que el patrón de la Adoración Nocturna era San Pascual Bailón, luego supe que era una coincidencia fortuita.
En la habitación de la ventana recuerdo haber asistido de parvulito con la señorita Ana, la de casa Isa, mientras en las escuelas se hacían reformas. Allí se almacenaba utensilios de la iglesia y me viene a la mente como en cierta ocasión, aquella clase de muetes saltó encima del palio y uno de los palos se rompió, la bronca que nos echaron fue de órdago a la grande.
