LAS ALMENDRAS GARRAPIÑADAS DE UJUÉ
Aunque en muchas localidades se hacen almendras garrapiñadas, las de Ujué tienen muchísima fama.
Se elaboran desde hace más de un siglo y se dice que su fórmula exacta es secreto familiar.
Para elaborarlas se utilizan almendras larguetas que se recubren de azúcar cristalizado.
A diferencia de otras garrapiñadas con fama como pueden ser las de Alcalá de Henares o las de Briviesca, las de Uxue quedan sin grumos de azúcar adheridos y presentan un color marrón oscuro muy brillante.
Todos los que suben a Ujué quieren comprarlas. Cada vez que un ujuetarra en la diáspora viene al pueblo o cada vez que un comarcano viene a Ujué, suele comprar almendras garrapiñadas bien para obsequiar, o bien por habérselas encargado algún amigo o conocido.
Desde antiguo las almendras garrapiñadas han sido como un certificado de que se ha estado visitando a la Virgen o se ha estado en Ujué.
El peregrino las compra cuando sube en romería para llevárserlas a los mayores que ya no pueden subir a Ujué andando.
Cuando las reciben las consideran como si estuvieran bendecidas por la Virgen. Probarlas será como hacerse partícipes de la caminata y el sacrificio de quien las trajo.
Aunque en muchas localidades se hacen almendras garrapiñadas, las de Ujué tienen muchísima fama.
Se elaboran desde hace más de un siglo y se dice que su fórmula exacta es secreto familiar.
Para elaborarlas se utilizan almendras larguetas que se recubren de azúcar cristalizado.
A diferencia de otras garrapiñadas con fama como pueden ser las de Alcalá de Henares o las de Briviesca, las de Uxue quedan sin grumos de azúcar adheridos y presentan un color marrón oscuro muy brillante.
Todos los que suben a Ujué quieren comprarlas. Cada vez que un ujuetarra en la diáspora viene al pueblo o cada vez que un comarcano viene a Ujué, suele comprar almendras garrapiñadas bien para obsequiar, o bien por habérselas encargado algún amigo o conocido.
Desde antiguo las almendras garrapiñadas han sido como un certificado de que se ha estado visitando a la Virgen o se ha estado en Ujué.
El peregrino las compra cuando sube en romería para llevárserlas a los mayores que ya no pueden subir a Ujué andando.
Cuando las reciben las consideran como si estuvieran bendecidas por la Virgen. Probarlas será como hacerse partícipes de la caminata y el sacrificio de quien las trajo.