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Diario de Navarra Jueves, 28 de mayo de 2015 NAVARRA 37
TAFALLA Y ZONA MEDIA
Dieciséis hermanos rumbo a Ujué
El pasado domingo, los miembros de la Hermandad de los Apóstoles de Olite celebraron su romería anual para adorar a la Virgen de Ujué
ALBERTO GALDONA
Olite
SÓLO es necesario querer entrar, ser de Olite y ser devoto de la Virgen de Ujué. Pero es que sólo son 16 y para entrar a formar parte de su grupo es obligatorio que alguno de sus miembros se jubile, para así dejar paso al primero en la lista de espera. Esos 16 hombres forman la Hermandad de los Apóstoles de Olite, fundada alrededor del año 1800 y que el pasado domingo realizaron su tradicional romería a Ujué.
En esta ocasión, el evento sirvió para dar la bienvenida a tres nuevos hermanos. En la iglesia de San Pedro de Olite fueron bendecidos tanto sus faroles como sus varas, pasando así con todo derecho a ser miembros de la hermandad. Los motivos de estos tres nuevos miembros son los mismos que los de los demás hermanos: devoción, tradición y veneración a la Virgen de Ujué.
A las 00.30 horas, en las afueras del citado templo, comienza el ritual de todos los años. Se colocan la túnica en la calle para entrar a la iglesia ya vestidos adecuadamente y con la vela encendida de sus faroles. A falta de 15 minutos para partir, viven momentos de reflexión y rezo.
Cuando suena la campanada de la una de la madrugada, comienza su recorrido hacia Ujué. Parten en la oscuridad de la noche rezando el rosario hasta llegar a San Martín de Unx, donde a las 03.00 horas realizan una parada para tomar un café, cuando aún les restan nueve kilómetros para besar el crucero y ver la fortaleza de la localidad navarra.
Al llegar, los recibe el párroco de Ujué, José Luis García Pellejero, que a las 04.00 horas oficia una misa de hermandad, en la que todos besan la medalla de la Virgen. Después, es momento del desayuno en el mesón Las Torres: café con leche y rosquillas.
Llega entonces la despedida, un último beso a la medalla de la Virgen y vuelta al camino para llegar a casa. El regreso se realiza por el camino, que es el trayecto empleado en la romería grande, mientras que en esta ocasión supone el de vuelta, ya que la ida se realiza por la carretera.
En una nave agrícola, la de Badaran, los hermanos celebran un almuerzo, en el que también participan los acompañantes que hacen con ellos el camino de vuelta. El ágape se cambió hace años por una ensalada, menestra de verduras y costillas, junto con una leche frita realizada por una feligresa devota de la Virgen. En esa comida, los miembros de la hermandad tienen sus propios cubiertos, con su nombre y año de inicio grabados.
Otra parada se lleva a cabo más tarde en el Huerto del Hermano, a la entrada de Olite, en el que se monta el pendón los hermanos se descalzan, se asean y se vuelven a colocar las túnicas. Una vez preparados, realizan la entrada al municipio en fila de a uno, detrás del pendón y descalzos. Junto al castillo los espera el párroco de Olite, Javier Ignacio Sola, con el que llegan a Santa María junto a familiares y vecinos del pueblo.
Tras rezar en la iglesia, se reparten 22 panes alargados y bendecidos. Una despedida hasta el siguiente año.

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