LOS RECORTES DE MI INFANCIA Y LOS DE MI MADUREZ.
Los recortes de antes no son los de ahora.
Cuando era monaguillo, con inmensa alegría comíamos los recortes de las hostias, que con destreza sin igual, hacía Fausto Ayesa con aquella vieja plancha, a la sazón sacristán de Ujué, allá por los años 60, acompañado de la siempre sonriente Rosario Tornos, para nosotros la Rosario de Fausto. ¡Qué buenos eran aquellos recortes!
Transcurridos más de cincuenta años, es al revés, me como las hostias de los recortes con que nos deleitan el Sr. Rajoy y sus adláteres la Sra. Barcina y los suyos.
¡Dios Mío, cuanto cambian las cosa! Antes comía recortes de hostias y ahora recibo las hostias de los recortes. Esto es como los cepos de la foto, que nos cazan y nos paralizan, percibiendo menor sueldo, sin extra navideña, con los tiempos que corren. ¿Cuándo acabará esta Crisis?
Los recortes de antes no son los de ahora.
Cuando era monaguillo, con inmensa alegría comíamos los recortes de las hostias, que con destreza sin igual, hacía Fausto Ayesa con aquella vieja plancha, a la sazón sacristán de Ujué, allá por los años 60, acompañado de la siempre sonriente Rosario Tornos, para nosotros la Rosario de Fausto. ¡Qué buenos eran aquellos recortes!
Transcurridos más de cincuenta años, es al revés, me como las hostias de los recortes con que nos deleitan el Sr. Rajoy y sus adláteres la Sra. Barcina y los suyos.
¡Dios Mío, cuanto cambian las cosa! Antes comía recortes de hostias y ahora recibo las hostias de los recortes. Esto es como los cepos de la foto, que nos cazan y nos paralizan, percibiendo menor sueldo, sin extra navideña, con los tiempos que corren. ¿Cuándo acabará esta Crisis?