ENCONTRAMOS LA SIGUIENTE CRÓNICA ALUSIVA A LA COFRADÍA DE SAN JOSÉ, CONOCIDA COMO LOS JOSEFINOS. HOY DÍA, ESTA COFRADÍA YA NO EXISTE, DEJÓ DE HACERLO A MEDIADOS DE LA DÉCADA 1960 A 1970.
El Eco de Navarra: (antes de Pamplona.). Periódico liberal y defensor de los intereses de la misma Epoca Segunda Año XXIII Número 5922 - 1897 mayo 26 Página: 1
Ya que hablo de la religiosidad de los pueblos camarcanos, los cuales rivalizan en sus obsequios a María, la Virgen de Ujué, que hace más de mil años tenemos entre nosotros, justo es que de a conocer el acto que la Asociación Josefina de esta villa llevó a a cabo en la noche del 18 del corriente.
Serían la doce de la noche cuando precedidos de su dignísimo capellán don Félix Aramendía, emprendieron su santa peregrinación, recorriendo los 18 kilómetros a pie, llegando a las tres de la madrugada a la ermita de San José de la ciudad de Tafalla, donde oyeron la santa Misa y tomaron la Sagrada Comunión, regresando inmediatamente a su pueblo, en el que entraron a las doce de la mañana; llegados a la santa capilla, que nuestro párroco, que tan justa fama de orador posee, pronunció una sentísima plática, hermosa en la forma y enérgica en el fondo, con la que logró, como siempre cautivar la atención de sus oyentes, a quiénes parece que su último sermón es siempre el mejor.
El Eco de Navarra: (antes de Pamplona.). Periódico liberal y defensor de los intereses de la misma Epoca Segunda Año XXIII Número 5922 - 1897 mayo 26 Página: 1
Ya que hablo de la religiosidad de los pueblos camarcanos, los cuales rivalizan en sus obsequios a María, la Virgen de Ujué, que hace más de mil años tenemos entre nosotros, justo es que de a conocer el acto que la Asociación Josefina de esta villa llevó a a cabo en la noche del 18 del corriente.
Serían la doce de la noche cuando precedidos de su dignísimo capellán don Félix Aramendía, emprendieron su santa peregrinación, recorriendo los 18 kilómetros a pie, llegando a las tres de la madrugada a la ermita de San José de la ciudad de Tafalla, donde oyeron la santa Misa y tomaron la Sagrada Comunión, regresando inmediatamente a su pueblo, en el que entraron a las doce de la mañana; llegados a la santa capilla, que nuestro párroco, que tan justa fama de orador posee, pronunció una sentísima plática, hermosa en la forma y enérgica en el fondo, con la que logró, como siempre cautivar la atención de sus oyentes, a quiénes parece que su último sermón es siempre el mejor.