UJUE: Una ausencia de medio siglo....

Una ausencia de medio siglo.
* Cruz Salaverri, de Ujué, regresó ayer a Pamplona después de 43 años en América.

* Su viaje se enmarca dentro de la operación «Añoranza»,
promovida por Iberia.

En 1948, Cruz Salaverri Sendoa decidió que estaba ya cansado de trabajar en la cabrería que regentaba en Ujué junto a sus hermanos.
Tenía entonces el bagajé de sus 35 años y la estela de su hermano Pedro, que se había marchado a América en busca de mejor fortuna. Cruz Salaverri decidió que también él tenía un porvenir más interesante al otro lado del Atlántico. Y, se fue. Ligero de equipaje y con una incierta aventura por delante. -
De aquello han pasado ya 43 años. Casi medio siglo en el que Cruz Salaverri ha conocido las plantaciones de olivos de Mendoza,- los muelles del puerto de Rosario o la espesura de la selva peruana. Casi medio siglo de presencia
ininterrumpida en el continente americano, a miles de kilómetros de su tierra natal y de su familia.
Ayer, poco después de las ocho de la tarde, en el aeropuerto de Noain, se cerró por fin ese paréntesis transoceánico de Cruz Salaverri. Con 78 años y una biografía de novela encerrada en la maleta. Aquel hombre que salió de Ujué en busca de un futuro prometedor pudo abrazar por fin a Lucía, la única de sus siete hermanos que sigue viva.
Operación «Añoranza»
El retorno de Cruz Salaverri a la tierra que le vio nacer ha sido posible gracias a la operación "Añoranza", una Iniciativa promovida por Iberia y que tiene por objeto:
Ofrecer a emigrantes españoles que han permanecido durante largo tiempo en América la posibilidad de volver a sus lugares de origen para reencontrarse con sus familiares.

Una biografía de novela
La historia que encierran esos 43 años que ha pasado Cruz Salaverri en tierras americanas no tiene desperdicio.
Salió de España con destino a Argentina y comenzó a rabajar en las plantaciones de olivos de Mendoza. También estuvo empleado en Río Grande del Sur y, como estibador, en el Puerto de Rosario. Marchó más tarde a Brasil, como contratista de obras de arte en Porto Alegre. De allí fue al Matto Grosso. Estuvo en Santa Cruz de la Siera y llegó a La Paz en el año 1952. Trabajó asimismo en Arequipa, de donde pasó a Lima. Trabajó en la selva, en los alrededores de Callao, en la recogida de plantas medicinales. Precisamente a la vuelta de una de sus «expediciones» por la selva se encontró con que había fallecido su mejor amigo, dejando viuda y dos hijos.
En una reunión de paisanos le dijeron que ayudara a esta familia. Así lo hizo. Fue creciendo su cariño y se quedó finalmente con ellos. Por problemas de salud se retiró del trabajo, permaneciendo con esta familia.
En Navarra, como se ha mencionado, la única familia directa que tiene Cruz Salaverri es su hermana Lucía, de 85 años de edad. Lucía había comentado más de una vez que no le gustaría morir sin haber visto de nuevo a su hermano. Ayer,
por fin, pudo ver cumplidos sus deseos.
Junto con ella, fueron a recibirle al aeropuerto de Noáin dos de sus sobrinos (hijos de Lucía): Pedro y María Lucía Sara Salaverri. Hasta ahora, la familia de aquel emigrante que se fue a América poco después de terminar la Segunda Guerra Mundial había tenido algunas noticias suyas de carácter epistolar. Ahora, sin duda, les esperan días de pasionantes y prolongados relatos.

Javier Marrodán: DN, 15-11-1991.