Por un precio simbólico de dos euros, para de esta forma conseguir algo de financiación, se debían adquirir los tazones de barro en los que luego se servían las migas. Al final, fueron aproximadamente 1.700 los cuencos que se consiguieron vender. No obstante, como fueron muchos los que pidieron hasta 2 raciones de migas, se llegaron a agotar las preparadas en un principio y el Mesón Las Torres debió afanarse en elaborar nuevas raciones. «Ningún otro año había pasado esto, pero la verdad es que hoy se ve mucha más gente que en ocasiones anteriores», reconocía María Jesús Zalategui Abaurre, una de las vecinas encargadas de servir las migas.
Y es que esto demuestra como las migas de Ujué van adquiriendo mayor renombre. No obstante, conseguir esta fama no es fácil y elaborar unas buenas migas no lo puede hacer cualquier. Para empezar, el pan que se debe utilizar para su elaboración es aconsejable que se haga con fuego de leña. Además, el jamón empleado debe ser de un buen pernil. Y por último, «es importante cogerles el ‘puntilo’ final y que no queden ni muy secas ni muy pastosas», según comentó María Jesús Zoroza Ugalde, alcaldesa de la localidad, quien reconocía sentirse «muy contenta e ilusionada» por la aceptación que la fiesta va adquiriendo en toda la comarca.
Pero también la cultura tuvo un hueco importante en la celebración a través de una exposición de fotografía antigua o de la visita guiada al Santuario de Nuestra Señora de Ujué. Durante más de media hora, en torno a treinta personas recorrieron las diferentes estancias del templo y escucharon atentamente las explicaciones de Mikel Burgui acerca de los diferentes estilos artísticos que se pueden encontrar en el santuario y sirven para comprender la historia del municipio.
Y es que, si su historia nos muestra la singularidad del municipio, ésta se ve reflejada en el auge de sus migas. El truco, sin duda, está en seguir cocinándolas igual que en sus orígenes.
Y es que esto demuestra como las migas de Ujué van adquiriendo mayor renombre. No obstante, conseguir esta fama no es fácil y elaborar unas buenas migas no lo puede hacer cualquier. Para empezar, el pan que se debe utilizar para su elaboración es aconsejable que se haga con fuego de leña. Además, el jamón empleado debe ser de un buen pernil. Y por último, «es importante cogerles el ‘puntilo’ final y que no queden ni muy secas ni muy pastosas», según comentó María Jesús Zoroza Ugalde, alcaldesa de la localidad, quien reconocía sentirse «muy contenta e ilusionada» por la aceptación que la fiesta va adquiriendo en toda la comarca.
Pero también la cultura tuvo un hueco importante en la celebración a través de una exposición de fotografía antigua o de la visita guiada al Santuario de Nuestra Señora de Ujué. Durante más de media hora, en torno a treinta personas recorrieron las diferentes estancias del templo y escucharon atentamente las explicaciones de Mikel Burgui acerca de los diferentes estilos artísticos que se pueden encontrar en el santuario y sirven para comprender la historia del municipio.
Y es que, si su historia nos muestra la singularidad del municipio, ésta se ve reflejada en el auge de sus migas. El truco, sin duda, está en seguir cocinándolas igual que en sus orígenes.
