Migas para aplacar el frío...
El intenso viento no fue un obstáculo para las aproximadamente 2.000 personas que se acercaron ayer hasta Ujué
La exhibición de coches antiguos fue uno de los actos que más expectación levantó. Diario de Noticias 18 de septiembre de 2005.
Ujué. El fortísimo viento que soplaba ayer en Ujué pareció no hacer mella en las aproximadamente 2.000 personas que se acercaron ayer hasta la localidad a disfrutar de la VI Fiesta de las Migas.
Por el escarpado entramado de calles discurría un reguero interminable de gente de lo más diverso, en busca de los puestos habilitados para el reparto deseosos de probar del ansiado manjar. Por el módico precio de dos euros, que era lo que costaba el cuenco en donde se servían las raciones, todo el que lo deseó pudo disfrutar del plato más típico de la localidad. Además de migas, también se repartieron rosquillas y almendras garrapiñadas, otras de las especialidades de este pintoresco paraje.
Todo el pueblo se volcó con esta fiesta, que tiene como objetivo principal dar a conocer las zonas menos turísticas de esta población: "Casi todo el mundo que viene a Ujué sólo visita la parte alta, la iglesia y sus alrededores, pero aquí hay muchas más cosas que ver", comenta la alcaldesa Mª Jesús Zoroza. "Todos los vecinos participan desinteresadamente en esta iniciativa, bien sea preparando las migas, repartiendolas o haciendo las rosquillas... Es bonito ver cómo todo el mundo se implica", explica Zoroza, quien además asegura que este año se quedaron sin cuencos y tuvieron que recurrir a los que les sobraron del pasado año.
El intenso viento no fue un obstáculo para las aproximadamente 2.000 personas que se acercaron ayer hasta Ujué
La exhibición de coches antiguos fue uno de los actos que más expectación levantó. Diario de Noticias 18 de septiembre de 2005.
Ujué. El fortísimo viento que soplaba ayer en Ujué pareció no hacer mella en las aproximadamente 2.000 personas que se acercaron ayer hasta la localidad a disfrutar de la VI Fiesta de las Migas.
Por el escarpado entramado de calles discurría un reguero interminable de gente de lo más diverso, en busca de los puestos habilitados para el reparto deseosos de probar del ansiado manjar. Por el módico precio de dos euros, que era lo que costaba el cuenco en donde se servían las raciones, todo el que lo deseó pudo disfrutar del plato más típico de la localidad. Además de migas, también se repartieron rosquillas y almendras garrapiñadas, otras de las especialidades de este pintoresco paraje.
Todo el pueblo se volcó con esta fiesta, que tiene como objetivo principal dar a conocer las zonas menos turísticas de esta población: "Casi todo el mundo que viene a Ujué sólo visita la parte alta, la iglesia y sus alrededores, pero aquí hay muchas más cosas que ver", comenta la alcaldesa Mª Jesús Zoroza. "Todos los vecinos participan desinteresadamente en esta iniciativa, bien sea preparando las migas, repartiendolas o haciendo las rosquillas... Es bonito ver cómo todo el mundo se implica", explica Zoroza, quien además asegura que este año se quedaron sin cuencos y tuvieron que recurrir a los que les sobraron del pasado año.
