Obra dañada por las hordas infantiles de
Ujué, allá por los años 60. Se cuenta que eran múltiples las ocasiones en que se jugaba al balón y a la pelota en el atrio de la
iglesia. En cierta ocasión el esférico se quedó atrapado entre los brazos de los apóstoles y a los "muetes" no se les ocurrió otra idea más que recuperar la pelota a base de pedradas, como lo demuestran las figuras de los apóstoles, erosionados en grado sumo.
Hoy en día se ha avanzado el grado de deterioro por lor petardos, tracas,
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