Esta imagen era muy difícil de ver antes de la construcción del embalse. Antiguamente la niebla sólo bajaba de la sierra en contados días del invierno. Ahora, sin embargo, tenemos luz y catamarán, pero algunos también tenemos, un día sí y otro también, un calvario sobre nuestros reumáticos y doloridos huesos de la columna y las caderas... Si por lo menos siguiese en Parada del Sil el inefable Don Guillermo para recetarnos uno de sus eficaces ungüentos... Pero ya ni eso nos queda... ¡Ay!, médicos ... (ver texto completo)