FONSAGRADA, Lamas de Moreira y tantos otros pequeños núcleos de población, donde la vida FUE dura, digo fue, porque ya no lo es tanto; ya no es necesario cabar el monte agreste, por ejemplo, para obtener centeno para una subsistencia obligada. Sin embargo, todos los que hemos tenido el privilegio de nacer en un medio tan natural, con la madre naturaleza siempre fiel acompañante de nuestro crecimiento, nuestros sueños y nuestras ilusiones de futuro, me consta que estamos dotados de una madera romántica ... (ver texto completo)