CUANDO EL SOL NOS MARCA SUS ESTELAS
Sobre la Ría de Eume he visto muchas tardes esas estelas brillando, es algo que te maravilla, piensas en la distancia que puede separarte del otro lado del Cantábrico, No lanzas palabras vacías, ni piensas que todo el mundo esta en esos lugares maravillosos, Galicia tiene ese entorno de rías y paisajes que se te quedan grabados para toda tu vida, es donde las arboledas y el agua hacen un horizonte fantástico, incluso piensas en aquellos gallegos que se marcharon más allá de ese Océano Atlántico donde iniciaron nueva vida, y muchas veces con sufrimiento y morriña de esa tierra que dejaron atrás para poder vivir dignamente. En mi mente se te viene a la memoria aquellas tardes donde en Calpe al lado del Peñón de Ifach, veía caer la tarde en tiempos de pandemia, fueron seis meses de recorrer diariamente las dos playas grandes de Calpe, La del Arenal y La Fosa. El Sol al esconderse estaba encima de las Torres de Benidorm, El paisaje no te dejaba indiferente, pensabas que en tu infancia algún día podrías ver esas estelas del mar, de las que tanto nos habló Don Antonio Machado, y que sus letras te acompañaban incluso en diferentes lugares de España como Soria y Madrid, y sobre su tumba donde estuve dos veces pude recitarle esas tan preciosas frases del caminante. En Colliure, Francia, donde este poeta del pueblo de España dejó sus huellas para la eternidad, y tiene su tumba que sigue siendo muy visitada por los amante de la poesía, Estar en ese entorno es algo que solo los que estuvimos allí y sentimos sus grandes lecciones nos hace más libres. Las estelas del mar incluso se pueden ver al lado de su tumba, y el cementerio que está en el centro de dicho lugar, es un espacio que te marcará para toda tu vida. “Caminante no hay camino, si no estelas en el mar”. G X Cantalapiedra.
Sobre la Ría de Eume he visto muchas tardes esas estelas brillando, es algo que te maravilla, piensas en la distancia que puede separarte del otro lado del Cantábrico, No lanzas palabras vacías, ni piensas que todo el mundo esta en esos lugares maravillosos, Galicia tiene ese entorno de rías y paisajes que se te quedan grabados para toda tu vida, es donde las arboledas y el agua hacen un horizonte fantástico, incluso piensas en aquellos gallegos que se marcharon más allá de ese Océano Atlántico donde iniciaron nueva vida, y muchas veces con sufrimiento y morriña de esa tierra que dejaron atrás para poder vivir dignamente. En mi mente se te viene a la memoria aquellas tardes donde en Calpe al lado del Peñón de Ifach, veía caer la tarde en tiempos de pandemia, fueron seis meses de recorrer diariamente las dos playas grandes de Calpe, La del Arenal y La Fosa. El Sol al esconderse estaba encima de las Torres de Benidorm, El paisaje no te dejaba indiferente, pensabas que en tu infancia algún día podrías ver esas estelas del mar, de las que tanto nos habló Don Antonio Machado, y que sus letras te acompañaban incluso en diferentes lugares de España como Soria y Madrid, y sobre su tumba donde estuve dos veces pude recitarle esas tan preciosas frases del caminante. En Colliure, Francia, donde este poeta del pueblo de España dejó sus huellas para la eternidad, y tiene su tumba que sigue siendo muy visitada por los amante de la poesía, Estar en ese entorno es algo que solo los que estuvimos allí y sentimos sus grandes lecciones nos hace más libres. Las estelas del mar incluso se pueden ver al lado de su tumba, y el cementerio que está en el centro de dicho lugar, es un espacio que te marcará para toda tu vida. “Caminante no hay camino, si no estelas en el mar”. G X Cantalapiedra.