ERA UN SENDERO DE PENITENTES,
En La Galicia entre rías, se puede ver de todas las cosas que el ser humano puede tener dentro de su mente, En aquella tarde noche el viajero turista venido del Centro de España, lo pudo comprobar con creces, viendo aquella fila de seres humanos que parecían ser penitentes, con linternas velas y faroles caminaban sin prisa por el Camino de Santiago, quizá aquel grupo compuesto por más de veinticinco personas, no les interesaba que los extraños a ellos les miraban con atención, daban un aspecto de secta semi cristiana o católica, aunque sus rezos y canticos eran diferentes, digamos como el miserere de hace setenta años, que se cantaba en Castilla en la época de la Semana Santa, Eran voces plañideras que en la noche se encumbraban, eras ecos que lograban hacer horas ventoleras. Los canticos con sus ecos dejaban prosas profanas, que pudieran tener flecos de misterios de campanas. Sendero de penitentes, con sombras de la mañana, donde los hombres presentes no buscan la vida vana. Como me vino a la memoria el poema de La Pedrada de Gabriel y Galán. “Que voces tan plañideras el miserere cantaban, que luces que no alumbraban a las grandes cristaleras,” Como se notaba ese tiempo de La Semana Santa, esas voces que sentían lo que entonces se vivía, “Yo he nacido en una aldea de la tierra castellana, donde había unos humanos que vivían como hermanos en republica cristiana”. Que tendrá Galicia para tener esos senderos entre grandes arboledas, donde parece delicia esperar las primaveras. Aquel maestro que no tuvo lecciones en clase, sin embargo cuantas lecciones nos dejó escritas en sus versos, “Esta noche he dormido en el campo, con el niño que cuida mis cabras”, Cuanta verdad y cuanto amor a la tierra, de aquel poeta que apenas tuvo proyección entonces, Esa tarde noche me pareció escuchar la voz de Gabriel y Galán, que yo entendía, sus versos seguirán por los caminos del mundo, y el eco de la Pedrada nos marcará las andadas del pueblo castellano que buscará su destino. No sé si por esas tierras de entre rías de Galicia, o por La Castilla Seca y Polvorienta, que nos dejó Machado. G X Cantalapiedra.
En La Galicia entre rías, se puede ver de todas las cosas que el ser humano puede tener dentro de su mente, En aquella tarde noche el viajero turista venido del Centro de España, lo pudo comprobar con creces, viendo aquella fila de seres humanos que parecían ser penitentes, con linternas velas y faroles caminaban sin prisa por el Camino de Santiago, quizá aquel grupo compuesto por más de veinticinco personas, no les interesaba que los extraños a ellos les miraban con atención, daban un aspecto de secta semi cristiana o católica, aunque sus rezos y canticos eran diferentes, digamos como el miserere de hace setenta años, que se cantaba en Castilla en la época de la Semana Santa, Eran voces plañideras que en la noche se encumbraban, eras ecos que lograban hacer horas ventoleras. Los canticos con sus ecos dejaban prosas profanas, que pudieran tener flecos de misterios de campanas. Sendero de penitentes, con sombras de la mañana, donde los hombres presentes no buscan la vida vana. Como me vino a la memoria el poema de La Pedrada de Gabriel y Galán. “Que voces tan plañideras el miserere cantaban, que luces que no alumbraban a las grandes cristaleras,” Como se notaba ese tiempo de La Semana Santa, esas voces que sentían lo que entonces se vivía, “Yo he nacido en una aldea de la tierra castellana, donde había unos humanos que vivían como hermanos en republica cristiana”. Que tendrá Galicia para tener esos senderos entre grandes arboledas, donde parece delicia esperar las primaveras. Aquel maestro que no tuvo lecciones en clase, sin embargo cuantas lecciones nos dejó escritas en sus versos, “Esta noche he dormido en el campo, con el niño que cuida mis cabras”, Cuanta verdad y cuanto amor a la tierra, de aquel poeta que apenas tuvo proyección entonces, Esa tarde noche me pareció escuchar la voz de Gabriel y Galán, que yo entendía, sus versos seguirán por los caminos del mundo, y el eco de la Pedrada nos marcará las andadas del pueblo castellano que buscará su destino. No sé si por esas tierras de entre rías de Galicia, o por La Castilla Seca y Polvorienta, que nos dejó Machado. G X Cantalapiedra.