Luz ahora 0,05000 €/kWh



La casa de las monjas
Hola Torrequemeños,
Soy Gonzalo Pulido, hijo de Maria Paz Román y de Balbino Pulido que fue secretario del ayuntamiento allá por los años 50.
En el año 1962, mis padres emigraron a Mallorca. Yo, a penas, contaba con un año de edad. Somos 4 hermanos: Francisco, Guadalupe, yo mismo y Victoria. Victoria, la más pequeña, ya nació en Mallorca.
Mi padre siempre llevó Torrequemada en el corazón, lo hizo hasta el día de su prematura muerte a los 53 años en 1982.
Nosotros, sus hijos, aunque ya mallorquines ... (ver texto completo)
Primo cuanto me gustaría, saber jugar al ajedrez.
Pero no tuve la oportunidad, así se lo podría enseñar a Nuria. un abrazo
Cuando Nuria empiece Primaria tendrá la oportunidad de practicar ajedrez pues en casi todos los colegios se imparte la asignatura con carácter optativo. A ver si hay suerte. Importante victoria de los periquitos ayer...
Primo cuanto me gustaría, saber jugar al ajedrez.
Pero no tuve la oportunidad, así se lo podría enseñar a Nuria. un abrazo
Mi preciosa hija, que ya 14 años que no estás a nuestro lado. Pero la pérdida y el dolor, siguen en nuestro corazón. Te queremos cariño.
gentilicio plasenzuela
Padres: Practicad este juego con vuestros hijos y nietos. Nada mejor para desarrollar con gusto capacidades muy valiosas para la vida: memoria visual, memoria espacial, concentración, orden, capacidad de decisión, análisis, dominio de la ansiedad, caballerosidad, etc., etc.
Pues que una maravilla de imagen y me encantaria tenerla.
fiestas locales
fabuloso
Ola martenos unsaludo de corazon osquiero atodos ppor que me crie y creci en buestra tierras tengo familia. Abrazos para todos.
descúbrete y asi podremos recordar viejos tiempos.
Cuantos trabajos locales se perdieron con la industrialización.
Multitud de pueblos tenian la envasadora de sifón y estas bonitas botellas estaban presente en la mesa a la hora de comer para tomar el vino con sifón. Más tarde llegó la Casera, una marca de agua gasificada y arrinconó al sifón.
Durante la siega las manos y los brazos eran las partes más castigadas al trabajar. Había que protegerse para no cortarse con el hozino en la mano que sujetaba el manojo al cortar con la hoz y ahí se colocaban un dedil, en este caso de madera. y en el brazo derecho, el que lleva el hocino, otro protector porque sobre este brazo se hacia caer el manojo cortado, que al estar aspero por ser ya pasto, rozaba la piel. Esta tarea repetida más de dos mil veces al día, durante 50 ó más días segando, terminaba haciendo heridas si no se protegían las zonas más vulnerables. ... (ver texto completo)
paraje el olivar
Preciosa foto, Marian. Saludos.