UNA TRIBU PANAMEÑA:
LOS INDIOS DE SAN BLAS.
La primera referencia sobre los indios de la costa de Darién data de cuando Vasco Nuñez de Balboa, llegado como plolizón en un buque español en 1511, narró su viaje para inducir a los españoles a atacarlos. Sus fuerzas hicieron una piadosa degollina con muichos de ellos y, después de la batalla, se les ocurrió el insuperable insulto de convertir oficialmente a algunos de los supervivientes en esclavos de su feroz perro Leoncico. Más tarde, los miembros de esa misma tribu no sólo guiaron a Balboa a través de Istmo de Panamá hasta el Océano Pacífico, sino que su jefe dio su hija a Balboa como esposa. desde entonces, no obstante, los de San Blas han permitido a poquísimos hombres blancos el matrimonio con miembros de su tribu, permaneciendo hasta la actualidad casi completamente exentos de mezcla.
Los Cunas, o indios de San Blas, pronto se sintieron domionados por el temor a los españoles y, durante dos siglos, los esfuerzos hechos para convertirlos fueron señalados con derramamientos de sangre. Gradualmente fueron desplazándose hacia el Norte y la mayoría establecieron en la costa del Caribe. Luego, empujados por la malaria endémica en tal región y posiblemente a causa de un maremoto o marea impetuosa ocurrida en 1882, algunos de esllos pasaron a las Islas de San Blas.
Posiblemente, los indios de San Blas son conocidos sobre todo por la extraordinaria frecuencia de albinismo entre ellos. Esto ha motivado que fuesen "redecubiertos" más de una vez y considerados como una sensacional y misteriosa raza de "indígenas rubios". Hay pocas excusas para tal calificación, pues ya en 1680, Lionel Wafer, un cirujano que pasó cuatro meses entre ellos, identificó cuidadosamente los llamados "rubios como simples albinos. Calculó que había un albino por cada dos oo trecientos indios normales. En 1958, Clyde E. Keeler, especialista en genética, calculó que la frecuencia era de 0,75 a 1 por ciento, la cifra más elevada que se conoce entre los pueblos primitivos.
LOS INDIOS DE SAN BLAS.
La primera referencia sobre los indios de la costa de Darién data de cuando Vasco Nuñez de Balboa, llegado como plolizón en un buque español en 1511, narró su viaje para inducir a los españoles a atacarlos. Sus fuerzas hicieron una piadosa degollina con muichos de ellos y, después de la batalla, se les ocurrió el insuperable insulto de convertir oficialmente a algunos de los supervivientes en esclavos de su feroz perro Leoncico. Más tarde, los miembros de esa misma tribu no sólo guiaron a Balboa a través de Istmo de Panamá hasta el Océano Pacífico, sino que su jefe dio su hija a Balboa como esposa. desde entonces, no obstante, los de San Blas han permitido a poquísimos hombres blancos el matrimonio con miembros de su tribu, permaneciendo hasta la actualidad casi completamente exentos de mezcla.
Los Cunas, o indios de San Blas, pronto se sintieron domionados por el temor a los españoles y, durante dos siglos, los esfuerzos hechos para convertirlos fueron señalados con derramamientos de sangre. Gradualmente fueron desplazándose hacia el Norte y la mayoría establecieron en la costa del Caribe. Luego, empujados por la malaria endémica en tal región y posiblemente a causa de un maremoto o marea impetuosa ocurrida en 1882, algunos de esllos pasaron a las Islas de San Blas.
Posiblemente, los indios de San Blas son conocidos sobre todo por la extraordinaria frecuencia de albinismo entre ellos. Esto ha motivado que fuesen "redecubiertos" más de una vez y considerados como una sensacional y misteriosa raza de "indígenas rubios". Hay pocas excusas para tal calificación, pues ya en 1680, Lionel Wafer, un cirujano que pasó cuatro meses entre ellos, identificó cuidadosamente los llamados "rubios como simples albinos. Calculó que había un albino por cada dos oo trecientos indios normales. En 1958, Clyde E. Keeler, especialista en genética, calculó que la frecuencia era de 0,75 a 1 por ciento, la cifra más elevada que se conoce entre los pueblos primitivos.