HISTORIA.
LAS INVASIONES DE LOS PUEBLOS BÁRBAROS.
Los puebos germanos, estaban establecidos en el Norte de Europa y descendieron hacia el Sur hasta entrar en contacto con los limes (fronteras) del imperio Romano. Buscaban las mejores tierras de cultivo de la zona templada europea, seguramente debido a un considerable aumento demoráfico. Ocuparon un extenso espacio geográfico entre los ríos Rhin y Vistula.
Pronto presionaron sobre las fronteras romanas, sensiblemente conscientes con el Rhin y el Danubio.
Algunos emperadores se enfrentaron a ellos cuando intentaron pasar a la Galia, pero, finalmente, tuvieron que cederles tierras en calidad de federados - aliados del Imperio, a cambio de que defendiesen de otros bárbaros las desiguarnecidas fronteras romanas.
A fines del Siglo IV, Los hunos, pueblos asiáticos procedentes del Turquestán, irrumpieron en el _SE, aniquilando y sometiendo a los pueblos germanos allí instalados.
Está supuso la primera gran oleada invasora en el interior del Imperio. Presionando a los Hunos, los pueblos germanos - visigodos, suevos, vándalos, alanos - penetraron violentamente. El saqueo dfe Roma por los visigodos en el Siglo V marca el proceso de germanización que sufren los territorios y el decadente Estado Imperial.
La derrota de Atila (451) supuso la retirada de los Hunos hacia el Sur de Rusia y nuevas penetraciones de pueblos bárbaros. Los Ostrogodos se asentaron en Italia; los francos y alemanes al Oeste del Rhin; anglos y sajones ocuparon las costas del Este y Sur de Inglaterra.
Con ello, se aceleró la decadencia del Imperio Romano de Occidente que terminó por desaparecer en el 476.
En el S. VI, el empuje de los ávaros provocó nuevos asentamientos bárbaros: Lombardos en Italia y, sobre todo de eslavos en el Norte de los Balcanes. Así los antiguos territorios europeos del Imperio se subdividieron en un mosaico de Estados de cultura romano-germánica. La integración de los dos pueblos y las dos culturas necesitó de un período más o menos largo de tiempo. Las conversiones a la religión católica de los pueblos germánicos aceleraron esta unificación, al igual que las leyes que permitían los matrimonios mixtos.
En general, las poblaciones autóctonas no fueron exterminadas y los asentamientos de los bárbaros no creó muchos problemas: había tierras para todos; además, los pueblos germánicos estaban muy romanizados y solían recibir uno o dos tercios del rendimiento agrícola o de las propiedades donde se establecían, incluso antes del derrumbamiento del Imperio.
A finales del siglo VIII y IX, los pueblos vikingos - danerses. noruegos y suecoos- invadieron las Islas Britanicas y asolaron las costas occidentales de Francia y España.
LAS INVASIONES DE LOS PUEBLOS BÁRBAROS.
Los puebos germanos, estaban establecidos en el Norte de Europa y descendieron hacia el Sur hasta entrar en contacto con los limes (fronteras) del imperio Romano. Buscaban las mejores tierras de cultivo de la zona templada europea, seguramente debido a un considerable aumento demoráfico. Ocuparon un extenso espacio geográfico entre los ríos Rhin y Vistula.
Pronto presionaron sobre las fronteras romanas, sensiblemente conscientes con el Rhin y el Danubio.
Algunos emperadores se enfrentaron a ellos cuando intentaron pasar a la Galia, pero, finalmente, tuvieron que cederles tierras en calidad de federados - aliados del Imperio, a cambio de que defendiesen de otros bárbaros las desiguarnecidas fronteras romanas.
A fines del Siglo IV, Los hunos, pueblos asiáticos procedentes del Turquestán, irrumpieron en el _SE, aniquilando y sometiendo a los pueblos germanos allí instalados.
Está supuso la primera gran oleada invasora en el interior del Imperio. Presionando a los Hunos, los pueblos germanos - visigodos, suevos, vándalos, alanos - penetraron violentamente. El saqueo dfe Roma por los visigodos en el Siglo V marca el proceso de germanización que sufren los territorios y el decadente Estado Imperial.
La derrota de Atila (451) supuso la retirada de los Hunos hacia el Sur de Rusia y nuevas penetraciones de pueblos bárbaros. Los Ostrogodos se asentaron en Italia; los francos y alemanes al Oeste del Rhin; anglos y sajones ocuparon las costas del Este y Sur de Inglaterra.
Con ello, se aceleró la decadencia del Imperio Romano de Occidente que terminó por desaparecer en el 476.
En el S. VI, el empuje de los ávaros provocó nuevos asentamientos bárbaros: Lombardos en Italia y, sobre todo de eslavos en el Norte de los Balcanes. Así los antiguos territorios europeos del Imperio se subdividieron en un mosaico de Estados de cultura romano-germánica. La integración de los dos pueblos y las dos culturas necesitó de un período más o menos largo de tiempo. Las conversiones a la religión católica de los pueblos germánicos aceleraron esta unificación, al igual que las leyes que permitían los matrimonios mixtos.
En general, las poblaciones autóctonas no fueron exterminadas y los asentamientos de los bárbaros no creó muchos problemas: había tierras para todos; además, los pueblos germánicos estaban muy romanizados y solían recibir uno o dos tercios del rendimiento agrícola o de las propiedades donde se establecían, incluso antes del derrumbamiento del Imperio.
A finales del siglo VIII y IX, los pueblos vikingos - danerses. noruegos y suecoos- invadieron las Islas Britanicas y asolaron las costas occidentales de Francia y España.