Megan,
Por lo menos tú tenías muñecas. Yo las hacía de trapo. ¿Os acordaís cuando jugábamos a las casitas con las muñecas? Que tiempos y que imaginación teníamos. Ahora los niños no tienen tanta imaginación. Se lo dán todo hecho.
Por lo menos tú tenías muñecas. Yo las hacía de trapo. ¿Os acordaís cuando jugábamos a las casitas con las muñecas? Que tiempos y que imaginación teníamos. Ahora los niños no tienen tanta imaginación. Se lo dán todo hecho.
Dulcinea, dirás que qué pesada, pero esta noche estoy inspirada, será que me gusta lo que veo en el foro, y me trae cantidad de recuerdos, todos ellos muy felices, precisamente de mi infancia, pues hasta los 8 años viví en el pueblo, con mis abuelos maternos, José y Magdalena que me cuidaron con mucho cariño. Como mis padres estaban en Barcelona, recuerdo que me mandaron un año para Reyes, una muñeca más o menos como la que está en la foto, preciosa, una cocinita de madera con cacharritos para guisar y alguna cosita más, imagínate que lujo, pero mi abuela no me dejaba sacar los juguetes a la calle, para que no se estropearan, y la muñeca aún me la traje al venirme a vivir a Barcelona con mis padres, y no la soltaba, y recuerdo que la cuidaba un montón, para que me durara para siempre, pero al final me la rompió mi hermanana, lo que me disgustó mucho, pues fué la única muñeca que tuve.
También recuerdo cuando jugaba con mis amigas en un huerto que había en la calle Dolores, donde vivian los otros abuelos, Martín y Herminia, nos columpiabamos atando cuerdas hechas de mimbre verde en los árboles y jugábamos con trozos de platos roto, como si fueran cacharros de cocina y éramos super felices. Imagínate al venir a la ciudad siendo tan pequeña y acostumbrada a esta libertad, lo mal que lo pasé los primeros meses, por suerte me adapté pronto, haciendo nuevas amigas en el colegio.
Besos guapa................. Magda
aún conservo.
También recuerdo cuando jugaba con mis amigas en un huerto que había en la calle Dolores, donde vivian los otros abuelos, Martín y Herminia, nos columpiabamos atando cuerdas hechas de mimbre verde en los árboles y jugábamos con trozos de platos roto, como si fueran cacharros de cocina y éramos super felices. Imagínate al venir a la ciudad siendo tan pequeña y acostumbrada a esta libertad, lo mal que lo pasé los primeros meses, por suerte me adapté pronto, haciendo nuevas amigas en el colegio.
Besos guapa................. Magda
aún conservo.
