Bienvenido, a tu triste realidad ¡, aunque te pareció que el momento era lejano, el tiempo pasa de forma rápido, muy rápido. Espero q no hallas tirado las segarra, el mono y el sombrero de paja. El látigo de amedrentar a los trabajadores lo puedes guardar aunque mucho me temo que no podrás volver a utilizar. No te olvides del saludo, las buenas tardes y el adios porque tus vecinos no olvidaran tus espectáculos, tus chulerías y la falta de honor ¡Pero ¡Que calles más anchas ¡, que estrechas se te ... (ver texto completo)