Yo soy un insignificante fantasmilla como tu sabes, mozuela. Duendecillo de los muchos que revolotean entre la floresta que pueblan los márgenes de los regatos de la variada España, pero viendo cómo se producen esos sesudos habitantes de Lazcano que dicen que son de izquierda, me dan ganas de comprimirme a la mínima expresión. Los sesudos, acostumbrados como están desde hace ya muchos años si es que no de toda su vida, a meter el miedo en el cuerpo de sus convecinos incapaces de tragar intelectualmente ... (ver texto completo)