Ofertas de luz y gas

PUEBLA DE OBANDO: SI BUENO, LOS ESTUDIOS SON ESTUDIOS, PERO EL EMIGRANTE...

300.000 extremeños pueden regresar a la región en la próxima década, según la estimación del estudio sociológico sobre la emigración extremeña, que ha elaborado el Grupo de Investigación en Estudios Sociales y Territoriales de la Universidad de Extremadura.

El estudio, presentado hoy en la Asamblea de Extremadura la Vicepresidenta Primera y Portavoz, Dolores Pallero, analiza cómo están hoy los extremeños en el exterior, cuáles son las necesidades que tienen y cuáles serían las condiciones que favorecerían su retorno y el de sus hijos.

Los datos del estudio indican que un 14% de los extremeños en el exterior tiene decidido retornar definitivamente y un 31% se plantea el retorno temporal en la jubilación. Ello supone que a lo largo de la próxima década, cerca de 300.000 emigrantes extremeños podrían regresar a vivir en Extremadura de manera definitiva o en ciertas temporadas.

Población extremeña actual

En la actualidad hay en España en torno a 1.600.000 personas nacidas en Extremadura. De ellas, un 40% vive fuera de la región, lo que supone un dato revelador sobre cómo la emigración ha marcado a la población extremeña.

En la provincia de Badajoz viven actualmente casi 600.000 habitantes, y en la de Cáceres 350.000. Pero hay otras dos provincias con un peso de población extremeña tan importante podrían considerarse como tercera y cuarta provincias: Madrid, con más de 240.000 extremeños, y Barcelona, con más de 125.000. Además, en el conjunto del País Vasco viven unas 66.000 personas de origen extremeño. En estas provincias, destino de las migraciones industriales de los sesenta y los setenta, se vienen experimentando descensos de la población extremeña, superiores incluso al 20%.

En cambio, en los últimos años otras provincias del entorno de la región o del Mediterráneo sur han tomado la delantera a las tradicionales como focos de atracción de la emigración extremeña. Se trata, en concreto, de Baleares, Alicante, Málaga y Toledo.

Los datos indican que sigue existiendo emigración en Extremadura. Ahora bien, la mayor parte de los que salen ya no son extremeños de origen, sino población móvil que ha pasado un periodo de tiempo en la región. Extremadura, por tanto, se está insertando en el modelo global de movilidad geográfica que caracteriza a economías modernas como la española.

Perfil del emigrante

Sobre cómo eran los emigrantes extremeños en el momento de abandonar su tierra, el estudio destaca que el perfil mayoritario es el un joven de entre 17 y 32 años, con una media de edad de 24 años (aunque retrasa cada vez más su salida), mayoritariamente mujer (en una proporción de 3 a 2), y emigrado entre los años sesenta y setenta. Esa juventud con la que inicia sus pasos fuera de Extremadura hace andadura en la emigración sea dilatada, con 33 años de duración media.

El estudio apunta que los dos principales motivos por los que los extremeños de la muestra decidieron emigrar, independientemente del momento en el que lo hicieron, son de naturaleza laboral: la mejora en las condiciones de trabajo y la falta del mismo. Sin embargo, aun siendo mayoritariamente decisivas, las motivaciones relacionadas con el trabajo muy raramente aparecen como razón exclusiva que justifique la decisión de emigrar. Influyen otras causas como la atracción por parte de otras personas (pareja, familiar o amigos), el destino laboral obligatorio o el deseo de conocer mundo.

Los extremeños en el exterior señalan que el obstáculo o el factor que más ha marcado su experiencia migratoria ha sido la nostalgia, por todo aquello que dejaba atrás: familia, casa y pueblo. Pero la nostalgia cada vez se siente menos entre los emigrados en lo que llevamos de siglo.

Opinión sobre Extremadura

Más allá de enjuiciar su decisión emigrar, el 56% de los emigrantes encuestados considera que, a día de hoy, no es necesario emigrar de Extremadura para tener una vida mejor, y sólo uno de cada tres opina lo contrario. Además, un 42% asegura que no habría emigrado si la Extremadura del momento de partida fuera como la Extremadura de hoy.

Sobre la identidad, España es el ámbito territorial con el que los emigrantes extremeños se identifican en mayor grado, especialmente los emigrantes de primera generación. El segundo lugar lo ocupa la tierra de origen, por encima de la tierra de acogida. Los emigrantes de segunda generación aseguran transmitir el sentimiento identitario hacia Extremadura entre sus descendientes en la misma medida que lo hacen sus progenitores, pero son los emigrantes de primera generación los más proclives a la difusión y defensa de lo referido a Extremadura.

Sobre la imagen que tienen de Extremadura, los extremeños en el exterior coinciden en señalar que ha habido grandes cambios en los últimos 30 años, con excepción del mercado laboral, que ha empeorado tanto en Extremadura como en el resto de las comunidades.

El capítulo del estudio relativo al impacto económico de los emigrantes indica que los extremeños en el exterior se consideran una base del desarrollo de las regiones a las que han emigrado, pero también sienten su contribución a Extremadura, a través del consumo de productos extremeños, las visitas a la región y la inversión en vivienda. Por término medio, los emigrantes gastan una media de 327 euros al año en productos extremeños, aunque uno de cada cuatro llega a gastar entre 500 y 900 euros. Además, casi el 75% de los emigrantes dispone de vivienda en la región, el 47%, aproximadamente, en propiedad individual o compartida.

El retorno

En cuanto al retorno, los datos obtenidos apuntan que, aunque Extremadura sigue mostrando saldos migratorios negativos respecto de otras comunidades autónomas, se van apreciando tendencias de signo contrario, como por ejemplo en el País Vasco o Cataluña. Además, se aprecia una tendencia al alza del retorno, sobre todo en lo que va de siglo, con una media superior a los 5.000 retornados anuales. Las previsiones estadísticas indican un ligero pero persistente aumento de los retornados en los próximos años.

Los retornados en edad laboral siguen siendo el grupo con mayor peso en el retorno en los últimos 20 años, si bien se aprecia un aumento del grupo de prejubilados y jubilados.

Los retornados proceden en mayor medida de Barcelona, Madrid y Mallorca, aunque también de provincias más cercanas a Extremadura como Toledo, Sevilla o Salamanca. Un 61% de los retornados regresa a sus localidades de origen, en la mayoría de los casos a poblaciones rurales. Por tanto, el retorno se erige como elemento estructural de mantenimiento de la población rural. Cuando no regresan a sus localidades de origen, lo hacen a pequeñas ciudades.

Las razones para retornar según los propios emigrantes serían la nostalgia hacia la tierra y hacia familiares, seguido de motivos de jubilación y posesión de vivienda. En cambio, sus hijos estiman, como motivos para el retorno, que sus padres estén en Extremadura, el haber encontrado un trabajo o emprender un negocio.

En cuanto a las razones por las que no se plantean el retorno, la principal y fundamental es la imposibilidad de deslocalizar a la familia desde la tierra de acogida o a las amistades. Le sigue en importancia la estabilidad laboral en la tierra de acogida, el tener vivienda en la tierra de acogida y la imposibilidad de deslocalizar el negocio.

SI BUENO, LOS ESTUDIOS SON ESTUDIOS, PERO EL EMIGRANTE QUE SE FUÉ, Y HALLA ECHADO RAICES EN SU NUEVA TIERRA, ESE SEGUIRÁ EXTREMEÑO Y EMIGRANTE, PERO ME ATREVO A DECIR QUE UN BUEN TANTO POR CIENTO MUY Alto, que no vuelven. con hijos y nietos y ya mayores, esa gente no se vienen a los pueblos.. seran los menos mayores los que puedan venirse o no?