De cómo nos salvó la vida un gato.
Y es la tercera.
Hace ya unos cuantos años, (1.967 exactamente); una
noche de riguroso frío de tremendo vendaval, estábamos el matrimonio compuesto por el que suscribe; mi
jóven esposa y mi hija, que entonces contaba con un año de edad, al calor de una estufa de hierro, alimentada con "serrin"del que desprenden las aserradoras.- Cuando el humo de la estufa comenzó a hacerse irrespirable debido a que el fuerte viento no lo dejaba salir por el tubo de la
chimenea,
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