Algo que hemos visto en más lugares del país, también en los
pueblos marineros de
Galicia. O en localidades europeas como Burano, una isla cercana a Venecia. Cuentan que antaño los
balcones servían de elemento transmisor de noticias, una manera singular de comunicación. En función del
color de la sábana o tela que colgaba de ellos, los vecinos sabían si les esperaban buenas o malas noticias.