Catedral del
siglo XII, de planta esencialmente
románica. El brazo
mayor tiene 62 m, el
crucero 31 y 25 m de
altura, teniendo desvanecido el brazo derecho para recoger el
sepulcro del
Santo y su
Capilla.
La
cabecera de esta catedral está formada por un deambulatorio o
girola, separado de la capilla mayor por ocho hermosas pilastras y, en torno,
capillas de las que solamente la
central,
dedicada a
San Pedro, conserva su traza y ornamento
románico.
Del ornato románico,
obras perfectas de mitad del s. XII, resaltan los
capiteles en los extremos de las embocaduras de la girola. En la parte del Evangelio, un
Cristo Majestad en mandorla con el tetramorfos en torno y
procesión de ángeles con símbolos de la
Pasión en sus manos. En la parte de la Epístola, una
Asunción de la
Virgen.
En el
centro,
pila bautismal. En ella fue bautizado, el 4 de octubre de 1800, San
Jerónimo Hermosilla.
El
coro es de
estilo plateresco, finalizado en 1525, con diseño y
silla central de Andrés de
Nájera. La mayor parte de los
relieves de respaldos de las 33 sillas altas y 26 bajas, son de Guillén de Holanda.
El
Claustro, construido por D. Juan del
Pino en la primera mitad del s. XIV, ha sido recientemente restaurado y alberga
exposiciones permanentes de los fondos de la Catedral, y frecuentes exposiciones temporales.
Mausoleo de final del s. XII, con
estatua yacente de 2 m, uno de los pocos y mejores ejemplos del románico yacente español. Templete de alabastro del
gótico florido, diseñado en 1513 por Felipe de Vigamy "El Borgoñón", y realizado por Rasines. La mesa, con escenas de la vida del Santo, fue realizada en 1450.
En la
Cripta está el Sepulcro relicario con el
cuerpo del Santo Fundador. Preside una estatua del mismo, del s. XIII. En los laterales,
estatuas de
San Juan y San Pedro, románicas de fines del s. XII.
Enfrente, el celebérrimo
gallinero, de
piedra labrada de
finales del gótico. En él habitan permanentemente un
gallo y una
gallina vivos,
recuerdo perpetuo del
famoso milagro del
peregrino.
Sorprende la
Torre por estar separada del
edificio de la Catedral, aunque no fue siempre así, de hecho es ésta la tercera torre que ha tenido.
La primera, situada en el ángulo de la Catedral donde se aloja el célebre Gallinero, sería obra de los s. XII y XIII, y fue destruida por un rayo el 30 de Julio de 1450.
La segunda fue construida en el mismo lugar, pero a mediados del s.
XVIII, amenazaba
ruina y podía caer sobre la
entrada que usaban los fieles, por lo que fue desmontada.
La tercera torre y actual, se comenzó a construir el 23 de mayo de 1762 y debió terminarse a finales de 1765 o principios de 1766. Su constructor es Martín de Beratúa, natural de Abadiano (
Vizcaya), autor también de las
torres de La Redonda de Logroño, de Briones y de Oyón.
La Torre está formada por tres cuerpos superpuestos y mide 70 m de altura, con una base de 9 m de lado. El gran mecenas de esta obra fue el
obispo diocesano D. Martín de Porras, enterrado en la Catedral a los pies del presbiterio.
Murallas de la Edad Media.