Sinceramente, me da mucha alegría ver como habláis de
Aledo, como buscáis en vuestro interior, en lo más profundo para que afloren las SENSACIONES.
Esas sensaciones que os hacen recordar los
amaneceres, el canto del gallo, y los atardeceres de nuestro
pueblo, pasando por todo lo largo del día con las tortas del Valeriano y el café en el
Bar de Pedro José, esos ratos de tertulia sentados en las
puertas hablando de la cosecha en general, de lo que le ha pasado a fulanito o menganito.
¡Ay! Que tiempos
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