CUANDO EL HUMANISMO Y LA EMPATÍA EXISTEN
En las residencias de personas mayores o minusválidas si existe la empatía y el humanismo, todo o casi todo marcha bien, no se deja a nadie tirado cómo vulgarmente se dice en la cuneta, a no ser que alguna causa muy grave ponga en peligro la vida de las personas que allí trabajan. Existen personas que carecen de esa condición humana, que debieran de buscarse otro trabajo que no les moleste estar ayudando a esas personas que solo quieren vivir con dignidad lo que les quede de vida. Es un trabajo que no todos los humanos le gusta realizar, hay humanos que al ser mayores pierden incluso la memoria o las formas de vida que siempre tuvieron, más si ellos estuvieran bien de salud, quizá algunos mayores no estuvieran allí dentro, se buscarían las formas de estar en su casa siendo los dueños de su tiempo, Las residencias a veces son el ultimo remedio para poder seguir en esta vida sin tener responsabilidades. Y poder descansar sin sobresaltos que no siempre se consiguen, Es duro si estás bien de tu cerebro dejar tu casa y tus recuerdos de toda tu vida aparcados para la eternidad, a veces piensas que quizá no merezca la pena vivir esa época difícil, si en la residencia que te sitúas, no existe esa empatía y humanidad para vivir sin demasiados problemas, No es cuestión de dinero solamente, es el trato humano que muchos mayores quieren recibir, No todo vale, ni las propinas hacen mejor a esos empleados que de humanidad no saben ni la conocen ni quieren conocerla, en su mundo se piensan que es imposible que terminen allí, lo mismo pasa con algunos directores de esas residencias, que se olvidan que algún día serán mayores, y dice un refrán castellano, “Con la vara que mides serás medido”, ojala se cumpla en todos lugares ese dicho y otros parecidos. Mientras tanto algunas empleadas pudieran tomar nota, y cambiar su actitud en algunos momentos. G X Cantalapiedra. ... (ver texto completo)
En las residencias de personas mayores o minusválidas si existe la empatía y el humanismo, todo o casi todo marcha bien, no se deja a nadie tirado cómo vulgarmente se dice en la cuneta, a no ser que alguna causa muy grave ponga en peligro la vida de las personas que allí trabajan. Existen personas que carecen de esa condición humana, que debieran de buscarse otro trabajo que no les moleste estar ayudando a esas personas que solo quieren vivir con dignidad lo que les quede de vida. Es un trabajo que no todos los humanos le gusta realizar, hay humanos que al ser mayores pierden incluso la memoria o las formas de vida que siempre tuvieron, más si ellos estuvieran bien de salud, quizá algunos mayores no estuvieran allí dentro, se buscarían las formas de estar en su casa siendo los dueños de su tiempo, Las residencias a veces son el ultimo remedio para poder seguir en esta vida sin tener responsabilidades. Y poder descansar sin sobresaltos que no siempre se consiguen, Es duro si estás bien de tu cerebro dejar tu casa y tus recuerdos de toda tu vida aparcados para la eternidad, a veces piensas que quizá no merezca la pena vivir esa época difícil, si en la residencia que te sitúas, no existe esa empatía y humanidad para vivir sin demasiados problemas, No es cuestión de dinero solamente, es el trato humano que muchos mayores quieren recibir, No todo vale, ni las propinas hacen mejor a esos empleados que de humanidad no saben ni la conocen ni quieren conocerla, en su mundo se piensan que es imposible que terminen allí, lo mismo pasa con algunos directores de esas residencias, que se olvidan que algún día serán mayores, y dice un refrán castellano, “Con la vara que mides serás medido”, ojala se cumpla en todos lugares ese dicho y otros parecidos. Mientras tanto algunas empleadas pudieran tomar nota, y cambiar su actitud en algunos momentos. G X Cantalapiedra. ... (ver texto completo)