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MADRID: 22/09/09;...

22/09/09;
El día que por las Españas se popularice como sinónimo de chorizo, mangante, Curro Jimenez, ladrón, etc, etc; la expresión, “este es un señor Félix Millet”, quizá es porque los españolitos de a píe, estamos ya al borde de la saturación en cuando a admisión de mamadores se refiere, digo mamadores en su acepción de chupones y vividores del cuento. Esos que de la noche a la mañana poco más o menos, ven incrementado el peso de su bolsa gracias a sus buenas artes para engatusar la buena o mala voluntad de ciertos políticos que los colocan donde se manejan los cuartos de cándidos inversores o, de personas altruistas que quieren poner su granito de arena, en forma de pasta gansa eso sí, para que siga adelante tal o cual proyecto, como es el caso del Palau de la música, en Barcelona.

Claro que “señores Millet” los hay a cientos por nuestras ciudades y pueblos; sin remontarnos muy atrás en el tiempo, sigue sonándome como si fueran campanillazos dentro de mis propios oídos, palabras como Marbella y el resto de costas españolas sin que se salve ni una, Caso Gürtel, Socabones por doquier, Túneles y Polideportivos en islas de llamadas de la Calma o, hasta muy Afortunadas, porque hablando de pasta, el que no esté pringao, que tire el primer pedrusco y, si no nos queda muy clara la cosa, ahí tenemos esa especie de Las Vegas que se va hacer en los Monegros o, la consumación de otro dislate que será histórico, Benidor, con todo lo que lleva detrás.

¿Con qué cara hablamos nosotros ahora mocita, de esa pecata minuta del olivar almendralense y la gestión de otros tránsfugas que, no por aldeanos, menos dignos de reproche? Y no me digas que todos tenemos un precio y que en este mundo cruel todo se compra, cambia y vende porque; aún siendo verdad, y hay quienes por tal te la venden, sólo es una verdad a medias, o una mentira a medias, que es igual y de ambas formas mentira podrida ya que, hay cientos y miles de personadas honradas, que darían lo que fuese por ayudar a sus semejantes a cambio de nada, y por eso no las enumero, pero, si parece cierto, que son los tontos de la película de quienes todas esas otras pandas se aprovechan.

De ciertos banqueros y de ciertos empresarios, ni te cuento, pero de estos últimos, hay quienes dicen que son unos ogros comeniños, otros, que los llaman ruines y estafadores, pero reconociendo que en muchos casos así parece, raros son los que reconocen que, hay muchos otros, muchísimos, que son los que tiran del carro. Y sin hacer trampas.

Salud.