Madrid
CLIMA. Pocas prov. gozan en general de un cielo tan hermoso como la de Madrid, donde aparece siempre puro y sereno. Sin embargo, las cordilleras cuyos puntos culminantes forman su horizonte, casi todo el año cubierto de nieves, y que se desparraman por la superficie, hacen muy variada su temperatura. Los aires son sutiles y penetrantes en todas las estaciones, y principalmente en el invierno; influyen poderosamente en el sistema nervioso, ocasionan a las veces supresiones repentinas de la transpiración, y esto les hace muy peligrosos para los pechos débiles y para los que tienen el sistema nervioso demasiado sensible. No pierden su sutileza ni aun en el estío, cuyos calores son por lo común abrasadores, y momentos hay en que, pasando repentinamente del sol a la sombra, se sienten los escalofríos precursores del catarro pulmonar o de la pulmonía aguda. La causa de estos fenómenos es la elevación del terr. sobre el nivel del mar, y su sit. entre las montañas que describen sus límites. La parte del SE. y S., que forman los part. de Alcalá y de Chinchón, se halla exenta de aquel inconveniente; pero en cambio no es tan saludable su clima. Los vientos que reinan con mayor frecuencia son el N. en el invierno, los del O. y S. en la primavera: los primeros son muy fríos, los segundos calientes y húmedos. Las primaveras son en lo general templadas, algunas cálidas y con frecuencia lluviosas; los estíos abrasadores; los calores de julio y parte del mes de agosto son por lo regular sofocantes. El otoño es la estación más agradable, y el invierno rigoroso, haciéndose tanto más sensible cuanto más recios son los vientos N. El clima es sano, y apenas se conocen otras enfermedades endémicas que las que se experimentan en la corte, efecto de las pasiones de ánimo propias de las grandes poblaciones.
* Diccionario Geográfico - Estadístico - Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz. Madrid, 1848.
Las Loras en Coche
CLIMA. Pocas prov. gozan en general de un cielo tan hermoso como la de Madrid, donde aparece siempre puro y sereno. Sin embargo, las cordilleras cuyos puntos culminantes forman su horizonte, casi todo el año cubierto de nieves, y que se desparraman por la superficie, hacen muy variada su temperatura. Los aires son sutiles y penetrantes en todas las estaciones, y principalmente en el invierno; influyen poderosamente en el sistema nervioso, ocasionan a las veces supresiones repentinas de la transpiración, y esto les hace muy peligrosos para los pechos débiles y para los que tienen el sistema nervioso demasiado sensible. No pierden su sutileza ni aun en el estío, cuyos calores son por lo común abrasadores, y momentos hay en que, pasando repentinamente del sol a la sombra, se sienten los escalofríos precursores del catarro pulmonar o de la pulmonía aguda. La causa de estos fenómenos es la elevación del terr. sobre el nivel del mar, y su sit. entre las montañas que describen sus límites. La parte del SE. y S., que forman los part. de Alcalá y de Chinchón, se halla exenta de aquel inconveniente; pero en cambio no es tan saludable su clima. Los vientos que reinan con mayor frecuencia son el N. en el invierno, los del O. y S. en la primavera: los primeros son muy fríos, los segundos calientes y húmedos. Las primaveras son en lo general templadas, algunas cálidas y con frecuencia lluviosas; los estíos abrasadores; los calores de julio y parte del mes de agosto son por lo regular sofocantes. El otoño es la estación más agradable, y el invierno rigoroso, haciéndose tanto más sensible cuanto más recios son los vientos N. El clima es sano, y apenas se conocen otras enfermedades endémicas que las que se experimentan en la corte, efecto de las pasiones de ánimo propias de las grandes poblaciones.
* Diccionario Geográfico - Estadístico - Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz. Madrid, 1848.
Las Loras en Coche