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MADRID: El Belén del Palacio Real de Madrid, que tiene su origen...

El Belén del Palacio Real de Madrid, que tiene su origen en el Belén del Príncipe iniciado por Carlos III para su hijo el Príncipe de Asturias, futuro Carlos IV, fue aumentado por más de 200 figuras y casas napolitanas a principios del siglo XXI.

En los belenes napolitanos las escenografías eran efímeras y cada año se concebían con un montaje diferente. Siguiendo esta tradición, importada por Carlos III a España, en este belén se han ido incorporando cada Navidad objetos inspirados en las Colecciones Reales, así como en las arquitecturas de los diferentes Reales Sitios, que han sido realizados por propios los técnicos de Patrimonio Nacional, cumpliendo así con la tradición participativa que caracteriza desde su origen en Nápoles la instalación de los “pesepri”, en cuya elaboración, disposición, escenografías y vestimentas colaboraban los propios miembros de las residencias que los poseían.

Además de los elementos creados en años anteriores, como son los bancos, inspirados en los de los jardines de la Granja de San Ildefonso, o la silla de manos que recrea en miniatura la que perteneció a la Reina Bárbara de Braganza, el montaje de esta Navidad refleja el ambiente ilustrado del reinado de Carlos III, como un homenaje más entre las celebraciones del III Centenario del nacimiento de este monarca organizadas por Patrimonio Nacional.

Así la reproducción del Zaguán de entrada al propio Palacio Real en ruinas alberga el Misterio. El templete circular del Estanque de los Chinescos y la fuente del Espinario, ambos de los jardines de Aranjuez, son el escenario idóneo para ambientar a los personajes que se ejercitan en el estudio de las Ciencias ilustradas, como la Astronomía, la Zoología, la Botánica, así como en el ejercicio y disfrute de las Bellas Artes.

Las novedades de este año incorporan además la presencia del propio monarca en el Belén, modelada su característica figura y elaborado su vestuario con esta ocasión, y evocan una de las empresas culturales de mayor repercusión en toda Europa durante su periodo como rey de Nápoles, como fue el descubrimiento de las ruinas de Pompeya y Herculano y su pasión por la Arqueología. Otra tradición napolitana que llegó a Madrid de la mano de Carlos III es el juego de la lotería, precedente de la actual, escenificada igualmente en este montaje.