! Hola Manuel! hace como nueve años, yo pasaba por aquí,éramos unos pocos, se hablaba de todo y hasta discutíanmos, de que es mejor, cuales son los mejores, y entre col y col plantábamos alguna flor. Yo, aunque mi memoria no es lo que era aún recuerdo que trataba asuntos tan dispares, como, unos besos con luna o sin ella, en la Casa de campo o bien hablaba, de que gentes, se acercaban a los contenedores. De vez en cuando señalaba a culpables, y hasta mencionaba viejos senderos, a recorrer en el Madrid de las cartillas de racionamiento, y el milagro de unas patatas con alcachofas, que adornaban las mesas... allá en el barro de la "Prosperidad" barrio porque de prosperidad, esa, tardaría en venir. Hoy la es para unos cuantos mientras otros muchos duermen donde pueden, cartones incluidos.
Entonces.... Entonces imaginaba, que no regresarían jamás mas viajeros hacia caminos de tristeza: o lo que es igual hacia la nada.
Que sia decreto tras decreto, que castiga a inocentes y se les encadena con cadenas bien visibles. Hoy tengo que declarar, que los elegidos, se burlan descaradamente, castigando con migajas inmerecidas.
Pero estoy pensando, que si en otro momento regreso, al foro de este Madrid donde comencé ha hacer amigos, seguiré hablando de este asunto, que aunque no arregla nada, si que me proporciona un cierto respiro,, ya que mi lengua, llegó a este mundo hace muchos años, y por cierto muy inquieta, tanto que no le ha gustado nunca estar amordazada. El los viejos tiempos, lña soltaba escribiendo sobre algún papel blan historias, tiernas y las guardaba: no las otras (las acusadosras) por ese por si acaso te "empapelaban"
! Cuidado que estoy dando vueltas para al final creo que no voy a escribir una historia, de buenos y malos... Lo dejaré para otro día. Hoy voy a ver que me trae mi memoria.
En los silencios... Los silencios paren silencios y gritos del tiempo. se acrcan y atrapan.
Hubo días en que yo me preguntaba, si en alguna parte era primavera. Y entonces, entonces, imaginaba, a una moza sus cabellos al viento y hasta me hacía cálculos de su bella arquitectura. Como el destino me enviaba por los caminos del mundo, donde no pocos pedragales. procuraba atrapar momentos que a su vez intentaban de atrapar una flor. Algunas veces eran cartas... mias y las de ella, que por cierto me repetía me amaba. Yo le respondía diciendo: "No puedes imaginar lo que es estar atrapado en deseos, aqu´ bajo un sol de justicia, sobre la duna blanca. Es triste pensar que no te tengo, que la playa. nuestra playa. quedó atras en el tiempo. No puedes imaginar mis labios resecos imaginando los tuyos húmedos de amor.! Ah la primavera, lejos de estas malditas dunas!
Llegó el día en que aquella barcaza que olía a pescado, se aproximaba al puerto. En el muelle se divisaba gente y en el cielo chillaban las gaviotas. Entre esa gente estará ella."A no tardar estaré contigo"-le había dicho en mi última cvrta.
Atracó el barco. las gentes se retiraron: ella no estaba. tal vez me espere junto a la palmera... testigo de momentos felices... tampoco allí estaba.
El Sol se escondió en el mar... ¿Me esperará en la playa? tampoco estaba...
No tenía su teléfono ¿Acercarme hasta la dirección a la que enviaba las cartas ¿Descarté la idea, y esperé. esperé en la playa que horas despué se sembró de soledad. Me acomodé sobre la arena, y a recordar, que meses antes, estuvimos en este mismo lugar, después de pasear por las callejas de las inmediaciones del puerto. En algunas de estas calles había mujeres de esas que venden amor. En la playa bebimos sorbos de amor, se enredó en mis brazos. Aquí mismo no amamos, y hoy no está. Aqui mismo me pronunció que me amaba ciegamente... y hoy ho está. ¿Que ha sucedido mi dulce amiga?
La noche lo oscureció todo, y me disponía a agarra mis bártulos, cuando un...! hola! en la oscuridad.
No le pregunté ni tampoco ella. Era solo tiempo de amarse.
libertad.
Entonces.... Entonces imaginaba, que no regresarían jamás mas viajeros hacia caminos de tristeza: o lo que es igual hacia la nada.
Que sia decreto tras decreto, que castiga a inocentes y se les encadena con cadenas bien visibles. Hoy tengo que declarar, que los elegidos, se burlan descaradamente, castigando con migajas inmerecidas.
Pero estoy pensando, que si en otro momento regreso, al foro de este Madrid donde comencé ha hacer amigos, seguiré hablando de este asunto, que aunque no arregla nada, si que me proporciona un cierto respiro,, ya que mi lengua, llegó a este mundo hace muchos años, y por cierto muy inquieta, tanto que no le ha gustado nunca estar amordazada. El los viejos tiempos, lña soltaba escribiendo sobre algún papel blan historias, tiernas y las guardaba: no las otras (las acusadosras) por ese por si acaso te "empapelaban"
! Cuidado que estoy dando vueltas para al final creo que no voy a escribir una historia, de buenos y malos... Lo dejaré para otro día. Hoy voy a ver que me trae mi memoria.
En los silencios... Los silencios paren silencios y gritos del tiempo. se acrcan y atrapan.
Hubo días en que yo me preguntaba, si en alguna parte era primavera. Y entonces, entonces, imaginaba, a una moza sus cabellos al viento y hasta me hacía cálculos de su bella arquitectura. Como el destino me enviaba por los caminos del mundo, donde no pocos pedragales. procuraba atrapar momentos que a su vez intentaban de atrapar una flor. Algunas veces eran cartas... mias y las de ella, que por cierto me repetía me amaba. Yo le respondía diciendo: "No puedes imaginar lo que es estar atrapado en deseos, aqu´ bajo un sol de justicia, sobre la duna blanca. Es triste pensar que no te tengo, que la playa. nuestra playa. quedó atras en el tiempo. No puedes imaginar mis labios resecos imaginando los tuyos húmedos de amor.! Ah la primavera, lejos de estas malditas dunas!
Llegó el día en que aquella barcaza que olía a pescado, se aproximaba al puerto. En el muelle se divisaba gente y en el cielo chillaban las gaviotas. Entre esa gente estará ella."A no tardar estaré contigo"-le había dicho en mi última cvrta.
Atracó el barco. las gentes se retiraron: ella no estaba. tal vez me espere junto a la palmera... testigo de momentos felices... tampoco allí estaba.
El Sol se escondió en el mar... ¿Me esperará en la playa? tampoco estaba...
No tenía su teléfono ¿Acercarme hasta la dirección a la que enviaba las cartas ¿Descarté la idea, y esperé. esperé en la playa que horas despué se sembró de soledad. Me acomodé sobre la arena, y a recordar, que meses antes, estuvimos en este mismo lugar, después de pasear por las callejas de las inmediaciones del puerto. En algunas de estas calles había mujeres de esas que venden amor. En la playa bebimos sorbos de amor, se enredó en mis brazos. Aquí mismo no amamos, y hoy no está. Aqui mismo me pronunció que me amaba ciegamente... y hoy ho está. ¿Que ha sucedido mi dulce amiga?
La noche lo oscureció todo, y me disponía a agarra mis bártulos, cuando un...! hola! en la oscuridad.
No le pregunté ni tampoco ella. Era solo tiempo de amarse.
libertad.
