MADRID: Larra fue un eminente articulista, con una gran claridad...

Mariano José de Larra nació el 24 de marzo de 1809 en Madrid, en la calle de Segovia, donde estaba situada la antigua Casa de la Moneda. En ella trabajaba su abuelo. Sus padres fueron Mariano de Larra y Langelot y su segunda esposa, María de los Dolores Sánchez de Castro. El padre, que era médico, se distinguió como afrancesado, ocupando el puesto de cirujano militar en el ejército josefino, durante la Guerra de la Independencia, por lo que en 1813, cuando el futuro autor tenía cuatro años, su familia tuvo que abandonar el país siguiendo al rey José I Bonaparte y exiliarse, primero en Burdeos y después en París. Gracias a la amnistía decretada por Fernando VII, la familia pudo regresar a España en 1818 y se estableció en Madrid, donde el padre se convirtió en médico personal del infante don Francisco de Paula, uno de los hermanos del rey Fernando.

TODO EL AÑO ES CARNAVAL POR MARIANO JOSE DE LARRA

."Qué mejor careta ha menester don Braulio que su hipocresía? Pasa en el mundo por un santo, oye misa todos los días, y reza sus devociones; a merced de esta máscara que tiene constantemente adoptada, mirad cómo engaña, cómo intriga, cómo murmura, cómo roba… ¡Qué empeño de no parecer Julianita lo que es! ¿Para eso sólo se pone un rostro de cartón sobre el suyo? ¿Teme que sus facciones delaten su alma? Viva tranquila; tampoco ha menester careta. ¿Veis aquel hombre tan amable y tan cortés, tan comedido con las damas en sociedad? ¡Qué deferencia! ¡Qué previsión! ¡Cuán sumiso debe ser! No le escoja sólo por eso para esposo, encantadora Amelia; es un tirano grosero de la que le entrega su corazón. Su cara es también más pérfida que su careta; por ésta no estás expuesta a equivocarte, porque nada juzgas por ella; ¡pero la otra…! El mundo todo es máscaras: todo el año es carnaval.”

EL CARNAVAL DE LARRA
Hubo un escritor del siglo XIX, Mariano José de Larra (cuyo bicentenario celebraremos el próximo mes de marzo), que escribió un artículo titulado “El mundo todo es máscaras. Todo el año es carnaval”. En él, Larra finge que Asmodeo, el protagonista de El diablo cojuelo, le demuestra que el único lugar donde no había máscaras, es decir, donde lo aparente y lo real coincidían, era en el teatro. Es un artículo donde su autor critica la hipocresía de la sociedad, el aparentar lo que no se es.

Larra fue un eminente articulista, con una gran claridad y vigor en su prosa. En este terreno, sólo tiene como precedentes a Quevedo en el siglo XVII o a Feijoo, Cadalso y Jovellanos en el XVIII. En sus artículos combate la organización del Estado, ataca al absolutismo y al carlismo, se burla de la sociedad, y rechaza la vida familiar. Representa el romanticismo democrático en acción: los males de España son el tema central de su obra crítica y satírica. Descontento con el país y con sus hombres, escribe artículos críticos (En este país, El castellano viejo, El día de difuntos de 1836, Vuelva usted mañana...), contra la censura (Lo que no se puede decir no se debe decir), la pena capital (Los barateros o El desafío y la pena de muerte), contra el pretendiente carlista (¿Qué hace en Portugal su majestad?) y el carlismo (Nadie pase sin hablar al portero), contra el uso incorrecto del lenguaje (Por ahora, Cuasi, Las palabras), etc. También cultivó la novela histórica (El doncel de don Enrique el Doliente) y la tragedia (Macías).


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