MADRID: La otra parte de esta “realidad absurda” tiene su origen...

La otra parte de esta “realidad absurda” tiene su origen en cuestiones que superan los límites de los odios personales y de una época más alejada: la famosa Transición Española, cuando se pasó de la dictadura a la democracia. Para conservar la ‘santa paz’ en casa, España decidió que no habría venganzas, ni apenas limpiezas en el aparato del Estado, sobretodo en la judicatura, donde no hubo “borrón y cuenta nueva” y los jueces seguían siendo los que Franco había nombrado y, en buena parte, son ahora los sucesores que esos jueces conservadores han promovido a los mejores cargos en su profesión. Es decir que la judicatura española es, y quiere seguir siéndolo, mucho más conservadora que la sociedad a la que debe servir. Por ejemplo, bloqueando el ascenso de jueces progresistas o que no son “controlables” por los conservadores.

Y aquí tenemos a Garzón, quien, a pesar de sus defectos (que los tiene: le gusta demasiado su status de ‘juez estrella’) es claramente el mejor candidato para presidir el tribunal donde trabaja desde hace años, la Audiencia Nacional. O quizás deberíamos decir “era” el mejor candidato, porque todo este esperpento que hoy se está viendo, tiene el clarísimo objetivo de impedir la promoción de Garzón.