Capilla del Obispo
Plaza de la Paja.
La capilla del Obispo aparece adosada al complejo parroquial de la
iglesia de
San Andrés, aunque sin acceso directo al mismo. Fue construida entre 1520 y 1535, a instancias de la
Casa de los Vargas, para albergar los restos mortales de San Isidro, quien, en el siglo XII, estuvo bajo la servidumbre de esta
familia. Las disputas surgidas con la
parroquia de San Andrés impidieron que el cuerpo del
santo se custodiase en el
edificio de los Vargas, siendo trasladado a la capilla de San Isidro, anexa a la citada iglesia, y finalmente a la
colegiata de San Isidro
Plaza de la Paja.
La plaza se encuentra en el llamado
Madrid de los Austrias, en la antigua morería,
centro histórico de la capital. Es uno de los
rincones más singulares de la época
medieval, en ese Madrid de La
Latina y castizo.
La atraviesa de norte a sur la costanilla de San Andrés, próxima a la
calle de
Segovia, y en ella confluyen diferentes
vías de trazado medieval: por el este desemboca la calle del Príncipe de Anglona y por el oeste las
calles de Alamillo, del
Toro, Alfonso VI y de la Redondilla.
Durante los siglos XIII y el XIV, la plaza fue el gran
mercado de Madrid. Entró en decadencia a partir del siglo XV, cuando el rey Juan II de Castilla ordenó construir la plaza del Arrabal (la plaza Mayor en la actualidad), a donde se desplazó la actividad comercial de la villa.
En su entorno estaban situados diferentes
palacios, de los que sólo se conserva hoy día el
Palacio de los Vargas.
La plaza toma este nombre porque en ese lugar se subastaba la paja que se otorgaba a los capellanes de la vecina capilla del Obispo para el mantenimiento de las mulas que poseían.