el emblemático 'edificio de las cuadrigas' de la calle Alcalá, MADRID

En 1923, abría sus puertas el emblemático edificio que albergó la sede del Banco Bilbao Vizcaya. Situado en el número 16 de la calle Alcalá de Madrid y a escasos metros de la Puerta del Sol, este referente arquitectónico de la capital, conocido como “el edificio de las cuadrigas”, y nombrado Bien de Interés Cultural y Patrimonio histórico de España, fue proyectado en 1919 por el arquitecto bilbaíno Ricardo Bastida.
A principios del siglo XX Madrid experimentó un importante desarrollo económico al albergar, en la capital, la sede de los principales bancos comerciales españoles. El Banco Español del Río de la Plata, el Banco Español de Crédito o el banco francés Credit Lyonnais fueron algunos de las entidades financieras que establecieron su sede en torno a la calle Alcalá y lo que hizo que, en 1917 el Banco de Bilbao adquiriera los terrenos en la capital para la construcción de su futura sede.

El terreno, caracterizado por tener una planta irregular, albergó, anteriormente, una hospedería y diversos locales comerciales. Posteriormente, en 1845 se inauguró allí el conocido café Suizo, reconocido por sus tertulias y el Salón Japonés, donde en 1902 debutó la cupletista Consuelo Bello, conocida, popularmente, como La Fornarina.

Con un coste de cuatro millones de pesetas, 24.000 euros, lo primero que tuvo que hacer el arquitecto fue modificar la alineación de la fachada principal para hacerla curva y levantar un edificio de seis plantas dividido por ocho grandes columnas de tres pisos de altura. Para la decoración del edificio, el arquitecto solo contó con artistas bilbaínos.

La fachada principal está coronada por dos torreones de cinco metros de altura, aproximadamente. En ellos se colocaron, en 1922, unas esculturas de bronce del escultor bilbaíno Higinio Basterra que representaban una cuadriga. Los soldados que las dirigen están más elevados de su posición natural. Con ello, Basterra quería que los peatones que paseaban por la zona los contemplaran por completo. Además, de esta forma se ofrecía una imagen aún más potente de la que hubieran tenido al mantenerlos en su posición normal.

La primera variación destacada se produjo en la Guerra Civil, cuando el edificio fue ocupado por sindicatos y partidos de izquierdas. Las cuadrigas, con un peso individual de 12,5 toneladas de bronce, plomo y hierro recubiertas de latón dorado, se pintaron de negro para evitar que sirvieran de referencia a la aviación franquista.

Ya en 1975 se realizó la segunda gran variación, en la que se llevó a cabo la ampliación del edificio hacia la calle Sevilla y Arlabán. Esto permitió al banco bilbaíno contar con una sede en la capital de 18.759 metros cuadrados.

En 2001 el edificio fue rehabilitado y en 2007 fue puesto en alquiler ya que el BBVA, entidad en la que se sumergió el banco de Vizcaya, trasladó su sede. En 2010, el emblemático edificio fue arrendado por la Comunidad de Madrid que instaló oficinas de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio.