Con cuatro decretos emanados el mismo día (12 de marzo de 1622), el Papa Gregorio XV canonizó a Ignacio de Loyola, a Teresa de ávila, a Francisco Javier, a Felipe Neri y a Isidro labrador. Habían llegado a la santidad por caminos muy distintos. Isidro se hizo santo labrando tierra. La pobreza de la familia (nació en Madrid hacia el año 1080) lo había obligado a buscar trabajo en el campo desde muy joven. Madrid, por aquellos tiempos no dejaba de ser un pueblo agrícola; la capital hispánica, por decirlo ... (ver texto completo)