Se trata de un belén de epifanía que sigue la estética barroca sevillana de los siglos XVIII y XIX.
Las figuras son de gran tamaño y llevan unos ropajes espléndidos.
La
Virgen, en esta ocasión, va vestida de
color blanco, color de la pureza, y se la reconoce fácilmente como una reina.
Las palomas que vemos simbolizan la candelaria,
fiesta con la que finaliza la
Navidad como tal, el 2 de febrero y que hace referencia a la presentación de Jesús en el templo. La palabra candelaria proviene
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