BARAJAS: LA MADRUGADA NO FUE CASTIGO. ...

LA MADRUGADA NO FUE CASTIGO.
Aquel hombre mujeriego jugador y a veces alcohólico, aquella madrugada de fiesta y otros complementos, salía del baile de una famosa discoteca de Madrid. A su lado una mujer guapa, aunque llena de historias turbulentas, Aquella madrugada el coche de este hombre le conducía por la autovía de Barajas, y aquella mujer le llevaba a un lugar donde se cenaba a las cinco de la madrugada, todo parecía normal, más aquella noche el alcohol le jugaba su partida rara, y empezando a cenar desconfiando de aquella mujer que acaba de conocer en la discoteca, se dio cuenta que un hombre con pinta de chulo y matón, no les perdía ojo, entonces este hombre se decidió entrar en acción, y la dijo a su acompañante que se dirigía al servicio de caballeros, pero solo fue una escusa para saber si dicho hombre se dirigía a su acompañante, como pudo comprobar, se dio perfectamente que aquello era una encerrona, y sin pensarlo demasiado ni haber cenado nada, el hombre salió corriendo a su automóvil, dejando atrás aquella encerrona que le pudo costar caro, Aquel hombre no volvió a pisar la discoteca, aunque el vicio del alcohol le costaría caro, no tardo ni medio año, para dejarse en la carretera su vida, de la que tanto había abusado, sin darse cuenta que la vida no tiene repuesto y el alcohol es una mala compañía. Las madrugadas en las carreteras tienen mucho peligro, cuando circulan por ellas, personas que no le dan valor a su propia vida, y solo en las drogas y otros placeres les llevan al final de su vida. Muchos de sus amigos sabían de sobra como terminaría este hombre de la noche madrileña. Que no solo se divertía de mala forma en la capital, si no en diferentes lugares del entorno. Dice un refrán castellano, “Quien mal anda mal acaba”, G X Cantalapiedra.