LA CONQUISTA DE MELILLA CUMPLE 525 AÑOS
Un 17 de septiembre como hoy, pero de 1497, la ciudad de Melilla era conquistada por una expedición castellana comandada por Pedro de Estopiñán. El 17 de septiembre se celebra el día de Melilla, conmemorando la incorporación de Melilla a la Corona de Castilla.
Tras la Guerra de Granada y la desaparición del Reino Nazarí se produjo una gran inestabilidad política en los reinos de Fez y Tremecén. En 1493 Hernando de Zafra, secretario de los Reyes Católicos, mandó diplomáticos en una expedición para observar el estado de las poblaciones costeras del norte de África y sus defensas. El interés en Melilla lo suscitaba la posibilidad de, a partir de ahí, conquistar Cazaza y el cabo de Tres Forcas. Los Reyes Católicos fueron informados de que las defensas de Melilla se encontraban en muy mal estado, que la plaza no mantenía buenas relaciones con el Reino de Fez y que, de acuerdo con la información del jeque de Tabaharique, en caso de ataque cristiano su posición sería la de entregarse a los Reyes Católicos.
Sin embargo, los Reyes Católicos perdieron el interés en Melilla debido a varios factores. En primer lugar, un informe negativo del consejero Martín Galindo que señalaba la situación de hambruna de la plaza, por otra parte el interés en culminar la conquista de Tenerife, así como la necesidad de atender los asuntos de las Indias. La situación precaria de Melilla se agravó además, por la destrucción ordenada por el gobernador mandado por el Reino de Fez motivada por la insubordinación y negociaciones de la plaza con los Reyes Católicos.
Sin embargo, en 1497 partió de Sanlúcar de Barrameda la expedición de 5.000 soldados y barcos bien abastecidos del duque de Medina Sidonia para la ocupación de Melilla encabezada por Pedro de Estopiñán y Virués. Los soldados procedían de las poblaciones de Jerez de la Frontera, Medina Sidonia, Arcos de la Frontera y Sanlúcar de Barrameda. Desembarcaron en Melilla la noche del 17 de septiembre. Como la ciudad estaba derruida y casi deshabitada, los castellanos comenzaron a reconstruir las murallas con almenas, empleando para ello estructuras de tablas de madera que traían de la península. Al poco tiempo, los musulmanes de los alrededores encontraron una ciudad fortificada donde antes solo había ruinas y se marcharon. Se cuenta que Colón envió una queja formal sobre estos gastos, no entendía por qué se dedicaban tantos recursos y dinero a la empresa de una ciudad ruinosa como Melilla y a sus viajes se le ponían tantas pegas.
En la ciudad se encontraron una pequeña comunidad de judíos sefardíes que se había establecido en Melilla tras la expulsión de los judíos de 1492. La importancia de los judíos en Melilla se mantiene incluso en el siglo XXI pese a que es una comunidad pequeña porque constituye una de las señas de identidad culturales y económicas de Melilla, teniendo uno de los nueve cementerios judíos que existen en España.