Este año, el primero triunfal de la era Rajoy y CEOE, todo apunta a que el mejor club de fútbol que se ha conocido en el mundo, o sea, el Barça, le perderán la liga. Y digo le perderán, porque vislumbro en los madriles de doña Esperancita y en la caverna, una predisposición maligna para que, este año sí, la gane ese ente tan maravilloso que es radiante luz faro y vigía que encarna encauza y guía todo lo español, incluido el sombrero cordobés, las faldiñas gallegas y las tartas del Casar.
Pues nada, merenguitos, para vosotros, pero tened cuidado no se os caiga de las manos, que os ha costado una pasta gansa y el asunto de las perras no está como para tirar cohetes sin carga explosiva o grabadoras de precisión.
Además, ya lo dijo ayer Rub Al Kaba en Sevilla, cada oveja con su pareja y, yo, siempre tan mal pensado por aquello de que acierto de vez en cuando, quiero pensar que lo que quiso decir es que los borregos y las ovejas en rebaño o por parejas, es cosa como de lo más natural. Quizá, por eso no me extraña, que en este primer año triunfal de la era de Al Chilliqui, estén tan amartelados los merengones y los trencillas.
Hay otros rebaños formados por otros ovinos que también forman parejas de lo más naturales, como Dios manda o por la Gracia Divina o por lo que sea ¡recorcholis!, que me estoy enreliando como las alpargatas del romano. Y hablando de romanos, ¿qué extraña fascinación nos producen a los españolitos, que dentro de unos días, los vamos a sacar a pasear en procesión por todas las calles de nuestros pueblos y ciudades vestidos y armados de íden y que, hasta La Cospe, presidenta y un montón de oficios o cargos más, dice es una cosa tan ejemplar, que todos todos todos, hasta los más reacios a escenificar semejantes autos por las calles de manera tan frívola, deberíamos participar en ellos, cubiertos con caperuzas o cucuruchos o con o sin, mantones de Manila y peinetas negras y rojos claveles pinchados en las aún crudas cannes que, seguro, pasaran a torradas en cuanto que acaben las escenificaciones y empiece su canto la monótona chicharra? No lo sé, pero ya que desde tan altas instancias y tan sesudas hembras de ejemplares conducta en sus vidas privada y pública nos invitan al flajelo y a dormir con el cilicio clavado en los riñones mientras rogamos a las alturas por el bienestar de los de su clase, no estaría de más que se dejaran caer con alguna limosnita e intentaran gobernar este País con menos demagogia barata y algo más de sentido común. Limosnita que, puede ser por ejemplo, poner un poco de freno a la avaricia desbocada de toda la clase social que, las semejantes y los similares en cuestión, defienden con tanto ahínco.
Salud.
Pues nada, merenguitos, para vosotros, pero tened cuidado no se os caiga de las manos, que os ha costado una pasta gansa y el asunto de las perras no está como para tirar cohetes sin carga explosiva o grabadoras de precisión.
Además, ya lo dijo ayer Rub Al Kaba en Sevilla, cada oveja con su pareja y, yo, siempre tan mal pensado por aquello de que acierto de vez en cuando, quiero pensar que lo que quiso decir es que los borregos y las ovejas en rebaño o por parejas, es cosa como de lo más natural. Quizá, por eso no me extraña, que en este primer año triunfal de la era de Al Chilliqui, estén tan amartelados los merengones y los trencillas.
Hay otros rebaños formados por otros ovinos que también forman parejas de lo más naturales, como Dios manda o por la Gracia Divina o por lo que sea ¡recorcholis!, que me estoy enreliando como las alpargatas del romano. Y hablando de romanos, ¿qué extraña fascinación nos producen a los españolitos, que dentro de unos días, los vamos a sacar a pasear en procesión por todas las calles de nuestros pueblos y ciudades vestidos y armados de íden y que, hasta La Cospe, presidenta y un montón de oficios o cargos más, dice es una cosa tan ejemplar, que todos todos todos, hasta los más reacios a escenificar semejantes autos por las calles de manera tan frívola, deberíamos participar en ellos, cubiertos con caperuzas o cucuruchos o con o sin, mantones de Manila y peinetas negras y rojos claveles pinchados en las aún crudas cannes que, seguro, pasaran a torradas en cuanto que acaben las escenificaciones y empiece su canto la monótona chicharra? No lo sé, pero ya que desde tan altas instancias y tan sesudas hembras de ejemplares conducta en sus vidas privada y pública nos invitan al flajelo y a dormir con el cilicio clavado en los riñones mientras rogamos a las alturas por el bienestar de los de su clase, no estaría de más que se dejaran caer con alguna limosnita e intentaran gobernar este País con menos demagogia barata y algo más de sentido común. Limosnita que, puede ser por ejemplo, poner un poco de freno a la avaricia desbocada de toda la clase social que, las semejantes y los similares en cuestión, defienden con tanto ahínco.
Salud.