BARCELONA: 4...

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¡Guerra! Gritó tirándose al monte.
Guerra contra el juez Garzón.
¡Que redoble el Tambor del Bruc!
Viajero, párate aquí,
que el francés también paró
y el que por todo pasó,
no pudo pasar de aquí.
Guerra contra Antonio Pérez
y el Justicia de Aragón
y si acaso hallado es..,
¡pues a la hoguera con él!
Guerra, guerra, guerra.
Guerra contra el defensor
de aquel pueblo que perdió
la guerra contra el que se sublevó.
Ese osado tarambana
al que dicen juez Garzón
que al de Chile desaforó,
a los etarras persiguió
y los corruptos desenmascaró.
¡Guerra, guerra, guerra.,
Anatema, excomunión!
Contra Bono por traidor
y contra ese senador
que su firma pone al píe
de documento felón.
¡Ojo! Contra ese no,
que es instancia superior
y tiene a su disposición
los poderes aquellos
que un día Cisneros enseñó.
¡Más madera!, que es la guerra
contra esa moza que juega
sola, armada de espada
pero, a la gallinita ciega.
¡Se callen de una vez leches!
Esos malditos roedores,
plumillas y mariquitas,
y juristas con renombre
sean o no internacionales.
Cineastas, maricomplejines
y esas voces de ultratumba
de nuestro pasado reciente.
¡Al carajo con todos!
Pues cada vez que los oigo
siento el irrefrenable impulso
de echar mano a mi revolver.
Que resuene de nuevo ese seco taconazo
y ese grito vibrante que emite
el recio guerrero al alba,
y de cara a los luceros.
Guerra, guerra, guerra.
Y si la JUSTICIA queda en pañales
la revestiremos de nuevo
con negras tocas, meriñaques
pringados y puñetas
con manchas de huevos hueros.
Salud.