historia de la plaza España, BARCELONA

La plaza de España fue proyectada por Ildefonso Cerdá en su proyecto de Ensanche como vía de comunicación entre Barcelona y las poblaciones del Bajo Llobregat. Después de un primer proyecto para urbanizar la plaza de Josep Amargós (1915), finalmente se encargaron de las obras Josep Puig i Cadafalch y Guillem Busquets, continuadas por Antoni Darder desde 1926.2 Diseñaron un conjunto monumental de forma circular, en torno a un hemiciclo formado por una columnata de estilo barroco, influenciada en la plaza de San Pedro de la Ciudad del Vaticano de Bernini. En la plaza se construyeron los hoteles de la exposición, obra de Nicolau Maria Rubió i Tudurí, de los que solo queda en pie el situado entre la Gran Vía y la calle Creu Coberta, actualmente destinado al CEIP "Francesc Macià" y al Instituto Municipal de Educación. En el acceso de la plaza que conduce a la avenida de la Reina María Cristina se situaron dos altas torres en forma de campaniles, obra de Ramon Reventós, inspirados en el campanile de San Marcos de Venecia.

En el centro de la plaza —donde anteriormente se encontraba la cruz de término de la ciudad en la antigua carretera de Madrid— figura una fuente monumental diseñada por Josep Maria Jujol, con una ornamentada decoración escultórica obra de Miguel Blay y los hermanos Miquel y Llucià Oslé. De inspiración clásica, el sentido iconográfico de la obra representa una alegoría poética a España: sobre un estanque de planta triangular se sitúa un edículo con tres nichos con grupos escultóricos que simbolizan los ríos que desembocan en los tres mares que rodean la península ibérica, el Ebro (Mediterráneo), el Guadalquivir y el Tajo (Atlántico) y unas figuras de adolescentes para los ríos del mar Cantábrico, obra de Blay; en los vértices del estanque se sitúan tres grupos que representan los frutos y dones de las aguas: la Abundancia, la Salud Pública y la Pesca y la Navegación, obra de los hermanos Oslé; alrededor del cuerpo central se sitúan tres columnas con diversas figuras y emblemas que simbolizan la Religión (una cruz con Ramon Llull, Santa Teresa de Jesús y San Ignacio de Loyola), el Heroísmo (una espada con Don Pelayo, Jaime I de Aragón e Isabel la Católica), y las Artes (un libro con Ausiàs March y Miguel de Cervantes); remata la obra un pebetero de fuego con tres Victorias, obra en bronce del escultor Frederic Llobet.