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MALVA: Tachuela 10...

Tachuela 10

Dichos de Angélico:
- Si me muero, que me muera, el caso es tener salud- Esto contestaba al comentario de.... No bebas tanto hombre.
- Como me toquen las quinielas, me marcho pa Madrid y no vuelvo pa España en la puta vida.
- Me c Dios padre nos perdone y a los hombres de buena voluntad.

Una vez me mandó mi padre a por un litro de vino al salón de Agélico, un día de entre semana por la mañana, llevaba la botella de casera, el vino era a granel, no había aparecido el “savin”, embotellado y etiquetado, con el tapón de plástico, tipo sombrero invertido, cubierto de una chapita con una pestaña para quitarla, le pido el vino y me pregunta Angélico:
- ¿Quién se ha puesto malo, tu padre?
El litro de vino, me costo ocho pesetas.

Tomando unos vinos en el bar de ängelico, Eugenio el chocolatero, Manolo Masero padre, Fermin, Emilio el mosca, el vasco y otros que no recuerdo, estaban hablando de la nueva moda de hacer dedo, en otros términos, hacer Auto stop, decía Emilio, yo no paro a nadie, faltaría más, no sabes nunca, lo que te puedes encontrar por ahí, y le contesta uno de los de la tertulia, pues si no paras a nadie, alguno se cagará en tu madre, en mi madre, dice Emilio déjalos que se caguen, el que más cagaba de Malva, era Homobono, y no llegaba a cuatro metros y mi madre la tengo a cuatrocientos kilómetros.

En una de las fachadas del salón, rezó siempre una pintada de quintos, no recuerdo, si fueron los del sesenta y cinco:
¡QUE VIVAN LOS QUINTOS DEL.....!
¡SE ALQUILAN ARMARIOS!
Otra pintada de la misma época, estaba en la fachada de la casa del tío Perico:
NOVOA = NO VOLA
Con el coche de línea pintado, que iba a Zamora, en aquellos tiempos, morro y motor adelante, con la parte trasera redondeada, portando una escalera plegable, para acceder a la baca del coche, ésta portaba todo tipo de enseres para el pueblo, para los bares, el vino en garrafas, para particulares, las bicicletas de las comuniones, ¡VICENTA SANTOS!, ¡VICENTA SANTOS!, (decía Francisco), el paquetico de todos los días, se lo quitábamos de las manos a Francisco, el cobrador, total para que nos diera Vicenta, un palo de regaliza, una parchada. Recuerdo un día, de toros en Zamora, llegó subido Quico el cartero en la vaca del coche, ¿haría todo el viaje así?, ¿O subió en la entrada del pueblo?.
Otra de las pintadas, que recuerdo más vagamente, decía algo así:
Viva Franco, viva Malva y sus ejércitos. Yo suponía que los ejércitos eran los de Malva, no los de Franco.

Por los avatares de la vida, los bares se fueron cerrando, abriéndose los dos que actualmente existen.