MALVA: «Me dijeron ya cobrarás, y hasta hoy» ...

«Me dijeron ya cobrarás, y hasta hoy»
«Me dijeron ya cobrarás, y hasta hoy»

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IRENE GÓMEZ Cuando hace dos años -en enero de 2012- a Cayetano Fernández le aprobaron el plan de ayudas de primera instalación, recuerda que le dijeron: «ya cobrarás». Y hasta la fecha. Presentó papeles y más papeles, se «retrató» ante la administración, cumplió todos los requisitos, tragó con la pesada burocracia confiado de que el dinero llegaría en tiempo y forma. Pero está a la espera como más de tres mil agricultores zamoranos «atrapados» por el bloqueo del Ministerio, que no suelta su parte en el reparto.

Entre tanto, como tantos, este joven agricultor de Villalube se metió en una serie de inversiones contando con que la ayuda para maquinaria llegaría. Compró un carro de tirar herbicida, una sembradora y equipos de riego. «Cuando solicitas la ayuda, te comprometes a cumplir unas normas que te imponen, como sembrar un determinado número de hectáreas, aplicar determinados productos fitosanitarios, mantener la explotación durante cinco años, estar al corriente de pagos en la Seguridad Social y demás. En el momento que no cumplas todo eso te retiran las ayudas».

¿Y si no cumple su parte la Administración? «Eso es lo que nos matamos; que si tú te comprometes, por qué ellos no cumplen con su palabra» se cuestiona Cayetano. «Porque nos las aprobaron fue en base a un presupuesto; no vale decir que solicitas el plan y si sale sale. Cuando solicitamos esas ayudas se supone que había un presupuesto de Europa, el Ministerio y la Junta para respaldarlas. Si ese presupuesto estaba ahí, que se lo gasten en lo que se había comprometido; no en otras cosas y digan ahora que no hay dinero» se queja el joven cultivador. A sus 27 años, Cayetano forma parte de esa minúscula savia nueva del campo, un 5% de agricultores con menos de 35; «casi una especie en extinción» bromea.

Reside, con gusto en su pueblo, y defiende que el agricultor y el ganadero «son los que siempre han fijado población. No es muy normal que desde Bruselas saquen ayudas al desarrollo rural para arreglar casas o palomares cuando quien tiene que estar todo el año en el pueblo es, sobre todo, el ganadero. Para fijar población hay que ayudar al sector primario», concluye este joven.

Agustín Bordel, 50 años, y en el oficio «desde que acabé la mili», trabaja la tierra en Molacillos y está a la espera de recibir la ayuda agroambiental. «Si hay un compromiso por parte de alguien, en este caso el Ministerio, se supone que lo tiene que respetar. Pero si aquí solo cumple una parte, mal andamos», opina este agricultor, para quien «todas las subvenciones están envenenadas, pero desde el momento en que estás supeditado, ya no puedes vivir sin ellas». La cuestión es un reparto justo; «que se den a quien cotiza como agricultor, no a todo dios» defiende. Y si Agustín piensa en alguien verdaderamente perjudicado, es en los jóvenes.

«Fastidia un montón que prepares una inversión buena, cuentes con un dinero y que al cabo de dos años no llegue. El problema es que los jóvenes se meten demasiado, es normal. Y si la media de ayudas pendientes en su caso es de 30.000 euros, hay gente que llega hasta los 90.000. Claro, si no llega estás perdido».

Este agricultor recuerda bien las palabras del ministro Cañete «hace meses diciendo que ya se pagaba todo, que estaba liquidado. Eso es crear incertidumbre, fatal para los negocios». Y si algo tiene claro Agustín es que «si quieren que seamos guardadores de la tierra, que nos den más subvención. Porque en los pueblos no hay futuro para nuestros hijos. Es como el lobo, si lo quieres lo pagas y si quieres avutardas, las pagas. Comprendo que resulta malsonante, pero es muy bonito venir el fin de semana a tirar fotos y ser ajeno a todos los problemas». Un discurso incomprensible para muchos que catalogan al agricultor como un «vividor» de las subvenciones. «A lo mejor es que no nos hemos sabido explicar bien; nosotros no queríamos la PAC sino unos precios justos».

Manuel Cuerdo, de Manganeses de la Lampreana, es otra víctima del retraso en el pago de las ayudas agroambientales, como todos los agricultores del entorno y la Reserva de las Lagunas de Villafáfila «que con nuestras prácticas agrícolas lo que hacemos es conservar el ecosistema; es importante que esto se sepa» precisa. «Las tierras que están alrededor de las Lagunas no producen cereal, pero generan una riqueza avifaunística y turística gracias a los agricultores, que lo han conservado».

Después de diez años recibiendo estas ayudas, cuenta Manuel que «nunca había pasado esto; nos pagaban al año siguiente, pero es que ahora no hemos cobrado ni 2012 ni desde luego 2013». Una demora que puede llegar a comprometer la viabilidad de una explotación «El problema es que no te dan un dinero que ya está dentro de tu contabilidad; haces una previsión, echas un poco más de abono, compras una máquina de siembra directa (como en su caso), una abonadora... Hice una inversión de unos 20.000 euros con la perspectiva de que en cuatro o cinco años lo iría pagando según iba llegando al ayuda y ahora te encuentras con que ese dinero no llega».

Y un agricultor como él, acostumbrado a convivir con la avutarda y tantas aves que tienen su paraíso en la Reserva, asegura que «sin ayudas esto se acaba». Manuel tiene 49 años y una manera de trabajar muy distinta a la de su padre, que echaba mucho nitrato y quemaba la tierra. «Estaban haciendo un desierto; nosotros al contrario, estamos recuperando la tierra para nuestros hijos. El problema es que ellos no van a tener un aliciente para salir adelante».

Porque este agricultor de Tierra de Campos defiende con uñas y dientes un oficio muchas veces injustamente denostado. «Piensan que somos ricos, que vivimos de las rentas. Pero es que la subvención es una ayuda compensatoria para quien trabaja la tierra porque no se paga lo que vale. Si no hay subvenciones para estas zonas desfavorecidas Sanabria, Aliste, Sayago o incluso Campos se irán a la quiebra», opina Manuel. ¿Y el futuro? «Los chavales jóvenes que quieran trabajar la tierra, se van a tener que especializar mucho; siembra directa, mínimos laboreos y sobre todo agricultura ecológica». Palabra de agricultor.

«Fastidia un montón que prepares una
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Me gustaria saber kien es octavio yo soy paco de malva salds