MALVA: Réplica de FACEBOOK....

Réplica de FACEBOOK.

33.- LA PRIMERA VEZ (3ª PARTE Y FINAL)
18 de Julio de 2013 a la (s) 10:28

33.- LA PRIMERA VEZ (3ª PARTE Y FINAL)

Wish you were here de los Pink Floyd.

Lo primero que me llamó la atención fue el olor a ciudad, un olor indefinido, olía como a máquinas, como a tráfico, a combustión de carbón, a humo pero no de lumbre, a asfalto húmedo y a no sé que más, de pronto estos olores se fueron desvaneciendo y mezclándose con todo tipo de ruidos, coches pitando, camionetas, camionetos, bicicletas tirando de un pequeño carro detrás, vehículos de todo tipo ruido de bares, vendedores de lotería …. movimiento continuo de todo y en todas las direcciones.

-Esto es la farola- me dijo mi abuelo.

Justo en medio subido en una pequeña palestra con sombrilla coloreada un guardia municipal tocado con lo que a mí me pareció un orinal blanco, con grandes guantes también blancos al igual que la porra que le colgaba del cinto, y continuamente haciendo gestos con las manos y en su boca un silbato que no paraba de pitar.
Ya estábamos en Zamora, de pronto de aquel desvanecido olor pasamos a un fuerte aroma a dulces, galletas, caramelos, vainillas en fin y en una palabra a pastelería.
Caminábamos por la acera acercándonos a la fábrica de reglero, en frente la clínica de Galache y un poquito más hacía debajo lo que hoy es la Avda. de Portugal había un largo muro desde donde se divisaban las vías del tren y un túnel por dónde salía de vez en cuando una humeante locomotora en dirección a Salamanca.

-Cuando salgamos del dentista te compro una bamba de crema- dijo mi abuelo (que ricas estaban).

En el portal del dentista en un garito a la derecha estaba el portero que nos dio los buenos días y nos abrió la puerta del ascensor después de que previamente le dijéramos a donde nos dirigíamos. Era de estos ascensores abiertos antiguos, lleno de rejillas, de estos que desde fuera ves a las personas que van dentro, en fin que daba un poco de miedo meterse en lo que a mí me pareció una jaula para pájaros pero a lo grande.
Tercero B, que curioso, nombran los pisos con números y las puertas con letras pensé yo.
En la sala de espera lo que me llamó la atención fue el radiador de la calefacción, un radiador enorme de hierro fundido en negro con diversos motivos decorativos grabados en él. Estaba caliente, no me entraba en la cabeza como se le podía haber ocurrido a alguien calentar una estancia a base de hacer circular agua caliente por aquel engendro. Calentarte al fuego, a la lumbre o del brasero era lo que hasta ese momento yo estaba acostumbrado a ver.

De nuevo en la calle y con mi bamba en la mano dejando atrás la plaza de toros, nos dirigimos al ferial de ganado, justo al lado de otras vías de tren, más o menos lo que hoy es la vaguada a la altura de la cuesta del bolón, un laberinto de una especie de pocilgas sin techar, entre las que se movía el personal, y dentro de estos apartados había de todo, cerdos, ovejas, cabras, burros, mulas, vacas, pollos, gallinas, patos, que se yo de todo como en botica.

A comer fuimos a una casa de comidas que regentaba alguien que descendía de Malva, pariente de Dionisia la Milana, quiero recordar en la zona de los Lobos. Lo que no se me olvida es que me comí un buen plato de calamares en su tinta que quitaba el hipo.

Por la tarde mi abuelo hizo los pertinentes “recaos” que le quedaban por hacer y poco más.
De nuevo otra vez subidos en el coche de línea, las mismas caras pero todo el mundo cargado de bolsas y paquetes de todo tipo.

Carretera adelante y pueblos de por medio, de nuevo en la plaza bajando del coche.

En ese momento si que le vi. Al forastero con tabardo en la mano, que al llegar a Malva se encaminó hacia una casa de ladrillo con miradores amplios.

¡O no?.

Salud.