En un reportaje de la prensa de hoy domingo, hablaban de Agallas, un pueblo de Salamanca, cerca de Ciudad Rodrigo. Yo lo conozco porque está cerca del de Choni y he pasado por allí alguna vez.
No se lleva mucho de los pueblos de nuestra zona, salvo en el paisaje. Es más montañoso y verde que el nuestro. Igual que Ciudad Rodrigo tampoco se lleva mucho de Toro. Las dos zonas se están quedando igual de despobladas y no solo porque, como nos ha pasado a muchos, se nos hayan ido marchando nuestros mayores, sino porque no se ha podido retener a los jóvenes propios, ni atraer a los de otras zonas.
El modesto Agallas viene hoy en la prensa, aunque ya salió el otro día en la tele, porque ha pedido pasar a formar parte de Extremadura. No ven otra forma de que les arreglen las carreteras que les comunican con Ciudad Rodrigo o con Salamanca. Están viendo que a pocos kilómetros, en cualquiera de los pueblos del norte de Cáceres que limitan con Salamanca, tienen mejores servicios sanitarios, escolares, incluso turísticos y hosteleros. Tienen mejores carreteras hasta para llegar a sitios tan apartados históricamente como Las Hurdes o la Sierra de Gata. En la ladera sur de la sierra que separa las dos provincias hay pueblos mucho más prósperos que en la ladera norte.
Muchos os acordaréis de cuando iban por Malva cuadrillas de temporeros a entresacar remolacha. Casi todos iban de Extremadura, Andalucía y Portugal. Cuando empezaron a repartir la subvención del PER se cortó de raíz aquel trasiego de gente y me alegro por ellos. Se quedaron en sus pueblos haciendo cuatro peonadas y cobrando otras tantas y así se dejaban de andar con la maleta pa’ca y pa’lla.
En Malva, por aquel entonces, se había ido ya la mayor parte de la gente a Guernica, Vitoria y Madrid a perderse la novena y la misa del 12 sin que nada haya hecho nada ni por evitar su marcha, ni por animarles al regreso. Alguna subvención más, alguna industria más (no muchas, que lo ponen todo perdido), algunos servicios más, si que nos hubieran venido para que ahora no tuviéramos que lamentarnos de habernos quedado sin los familiares que nos ha quitado el tiempo, sino también de quedarnos sin pueblo.
Si podemos acogernos, como Agallas a alguna comunidad más próspera, yo propongo Mónaco, siempre que el Príncipe Alberto se vaya a Matilla la Seca, lo más cerca. De no ser así creo que, ni aunque Malva se alíe con Pobladura del Valderaduey, llegamos a pájaros nuevos. Desgraciadamente. Y está muy bien la tranquilidad, pero es que demasiada, pasa a ser desolación.
Y, por cierto, por mucho que prosperen los pueblos de Extremadura y por mucho que mermen los nuestros, yo que vivo en Extremadura desde hace 24 años, no consigo encontrarme como en Malva y alrededores. Tiene que ser por los malvariscos, seguramente. Y porque aquí calienta de coj…
No se lleva mucho de los pueblos de nuestra zona, salvo en el paisaje. Es más montañoso y verde que el nuestro. Igual que Ciudad Rodrigo tampoco se lleva mucho de Toro. Las dos zonas se están quedando igual de despobladas y no solo porque, como nos ha pasado a muchos, se nos hayan ido marchando nuestros mayores, sino porque no se ha podido retener a los jóvenes propios, ni atraer a los de otras zonas.
El modesto Agallas viene hoy en la prensa, aunque ya salió el otro día en la tele, porque ha pedido pasar a formar parte de Extremadura. No ven otra forma de que les arreglen las carreteras que les comunican con Ciudad Rodrigo o con Salamanca. Están viendo que a pocos kilómetros, en cualquiera de los pueblos del norte de Cáceres que limitan con Salamanca, tienen mejores servicios sanitarios, escolares, incluso turísticos y hosteleros. Tienen mejores carreteras hasta para llegar a sitios tan apartados históricamente como Las Hurdes o la Sierra de Gata. En la ladera sur de la sierra que separa las dos provincias hay pueblos mucho más prósperos que en la ladera norte.
Muchos os acordaréis de cuando iban por Malva cuadrillas de temporeros a entresacar remolacha. Casi todos iban de Extremadura, Andalucía y Portugal. Cuando empezaron a repartir la subvención del PER se cortó de raíz aquel trasiego de gente y me alegro por ellos. Se quedaron en sus pueblos haciendo cuatro peonadas y cobrando otras tantas y así se dejaban de andar con la maleta pa’ca y pa’lla.
En Malva, por aquel entonces, se había ido ya la mayor parte de la gente a Guernica, Vitoria y Madrid a perderse la novena y la misa del 12 sin que nada haya hecho nada ni por evitar su marcha, ni por animarles al regreso. Alguna subvención más, alguna industria más (no muchas, que lo ponen todo perdido), algunos servicios más, si que nos hubieran venido para que ahora no tuviéramos que lamentarnos de habernos quedado sin los familiares que nos ha quitado el tiempo, sino también de quedarnos sin pueblo.
Si podemos acogernos, como Agallas a alguna comunidad más próspera, yo propongo Mónaco, siempre que el Príncipe Alberto se vaya a Matilla la Seca, lo más cerca. De no ser así creo que, ni aunque Malva se alíe con Pobladura del Valderaduey, llegamos a pájaros nuevos. Desgraciadamente. Y está muy bien la tranquilidad, pero es que demasiada, pasa a ser desolación.
Y, por cierto, por mucho que prosperen los pueblos de Extremadura y por mucho que mermen los nuestros, yo que vivo en Extremadura desde hace 24 años, no consigo encontrarme como en Malva y alrededores. Tiene que ser por los malvariscos, seguramente. Y porque aquí calienta de coj…
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