CELEDONIO PÉREZ Hay una imagen surrealista tan habitual que a veces pasa desapercibida: un
joven o una joven sentado en las
escaleras de un consistorio perdido por esos
pueblos de Dios zamoranos a horas intempestivas, con portátil, «tablet» o móvil en el regazo o en ristre. « ¿Qué haces?». «Pues mira, cogiendo
señal». Yo la he visto a la una de la madrugada, con una temperatura ambiente de tres grados bajo cero. La escena se las trae y por sí misma da para un tratado filosófico, sociológico, sicológico
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